Era sábado por la mañana, habían tenido un largo viaje y Yuqi se alegraba de haber hecho las reservaciones para el día anterior, pues la tormenta había comenzado justo en el momento en el que el avión había tocado tierra para llegar a la isla Miyako. Eran las seis de la mañana y Soyeon se encontraba durmiendo, mientras que Yuqi se encontraba observando el reflejo del amanecer en las olas, recargada en el balcón de la habitación.
Era precioso, un degradado perfecto entre rosa y naranja al ligero y relajante movimiento de las olas. Ella apenas estaba usando una vieja camiseta que le pertenecía a su padre y, aunque parecía estar desnuda de la parte de abajo, en realidad estaba usando un short blanco.
Le llamó la atención un bostezo dentro de la habitación; Soyeon se estaba despertando. La castaña sonrió y se acercó, sentándose justo al lado de ella, acomodándole el cabello detrás de las orejas para que no le molestase.
–Buenos días, bella durmiente. ¿Cómo despertó la novia más hermosa del universo? –preguntó con dulzura. En respuesta, Soyeon sonrió y comenzó a hacer morritos, indicándole a Yuqi que le diera un beso, Yuqi respondió al instante la solicitud de la mayor.
Yuqi comenzó a llenar el rostro de la mayor con pequeños y húmedos besos, haciendo que Soyeon comenzara a soltar carcajadas. Soyeon comenzó a contestar en protesta.
–¡Yuqi-Ah, cielo, basta! –decía.
–¿No querías que fuera una romántica empedernida? –preguntó Yuqi, recordándole a su novia lo que le había dicho hace algunas semanas.
–Romántica o no, te quiero, Yuqi. –dijo, mirándola a los ojos.
Yuqi sonrió.
–Yo también te quiero, cielito. ¿Qué quieres hacer hoy?
–Besarte –confirmó Soyeon con una sonrisa–. ¡Besarte hasta que me quede sin fuerzas!
Yuqi sonrió y asintió. Se quedaron por una hora tiradas en la cama, simplemente viéndose: entregándose y comiéndose con la mirada. Para muchos podrían ser momentos incómodos, para ellas, eran unos de los más bellos: el poder ver al amor de su vida frente a ellas, de manera natural y a primera hora de la mañana.
Disfrutarían mucho ese fin de semana.
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Scars (Sooshu. Adap)
Fanfiction‹‹ Donde Shuhua y Soojin son (verdaderas) almas gemelas. ›› Cuando era pequeña, la abuela de Shuhua solía contarle su historia favorita: la de las almas gemelas. Hoy, Shuhua no sólo compartía habitación con Soojin, sino también algunas cicatrices. O...
