Me había casado hace cinco meses con el amor de mi vida, y ahora me encuentro en esta habitación oscura y sola, sin saber quien es mi secuestrador y que será de mi
Me había casado hace cinco meses con el amor de mi vida, y ahora me encuentro en esta habitación oscura y sola, sin saber quien es mi secuestrador y que será de mi
Nunca debí caer por él.
Sin embargo, tampoco detuve mi descenso.
Nada logró apaciguar las maliciosas llamas de deseo que se prendieron dentro de mí.
No su frialdad.
No su silencio.
No sus advertencia...