Se supone que no debo acércame.
Se supone que debo alejarle.
Se supone que no debe gustarme.
Se supone que no debo gustarle,
y, sin embargo, son tantas las suposiciones que,
mi mente me advierte,
mi cuerpo me traiciona
y mi alma le suspira.
Se supone que no debo acércame.
Se supone que debo alejarle.
Se supone que no debe gustarme.
Se supone que no debo gustarle,
y, sin embargo, son tantas las suposiciones que,
mi mente me advierte,
mi cuerpo me traiciona
y mi alma le suspira.
¿Qué nos perdimos entre Martin y Juanjo cuando no había cámaras? Basándome en cosas reales, imagino momentos y conversaciones que pudieron ocurrir.
La historia está en orden cronológico, desde las se...