Según la leyenda, en la antigüedad, cuando aun existían los cultivadores vivía un príncipe llamado Lan Wangji de Gusu Lan, cuyo padre había decidido hacerlo contraer nupcias con una princesa omega que habitaba en tierras lejanas, la Secta Wen. Sin embargo, Lan Wnagji se había enamorado de Wei Wuxian, quien era hijo del guardián del Cenote Sagrado de los Jiang.