Si alguien le dijera a Bas que una venta por Marketplace lo llevaría de patitas al funeral de su comprador, jamás lo creería. Un pésimo chiste. ¿Qué por estos barrios los muertos compran y los padres de estos te dejan quedarte en su casa porque creen que eras el amigo, el único amigo que el muerto tenía? La situación era un real problema, moralmente cuestionable, pero no tan grande ni cuestionable, ni real como no tener una casa a la que volver. Ahora Cruz, el atractivo vecino de frente y él vivirán las aventuras del bucketlist de un amigo al que jamás podrían tocar, un amigo postmortem.
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