Imagina vivir en la misma casa que un tío que va de chulo, nada por ser extremadamente guapo, estar súper bueno, ser rico y por ser popular. Pues este fue mi caso por suerte o por desgracia, y yo ya sabía que no iba a ser nada fácil convivir con él y con su hermana, que era como él. Lo único que tenía de apoyo era mi hermano, mi madre y mi gata. Pero claro, con ese cuerpo ya me sedució desde el primer día, y la verdad es que del todo no me arrepentí.