Nuevos cambios

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Jennifer

Hoy iba a ser uno de los peores días de mi vida.

Me tocaba mudarme con mi hermano, mi madre y mi gata a la casa del nuevo marido de mi madre.

Un tío rico, que está bueno, guapo...

Claro, entre el dinero y su físico mi madre se ha enamorado perdidamente de él, aunque ella siempre dice que no se enamoró por eso, si no por como era en su interior.

Ni yo ni mi hermano nos lo creemos.

Mi hermano iba lo mismo de enfadado que yo, obviamente para ninguno de los dos era fácil despedirse de sus amigos de la infancia y familiares.

Pero mi madre iba más contenta que una perdiz.

No quedaba mucho para llegar porque estábamos entrando en la ciudad, que tenía una playa bastante bonita la verdad, mi antiguo pueblo no tenía playa, solo un pequeño campo donde íbamos a hacer picnics los sábados mis amigos y yo, y algunos domingos íba con mi familia, adoraba eso.

También tenía que admitir que la ciudad era preciosa, dicen que el centro es lo mejor, porque supuestamente hay muchas luces, pantallas gigantes, y que en Navidad ponen un montón de decoraciones y luces navideñas.

Nuestra nueva casa estaba a las afueras de la ciudad, -menos mal- ya estábamos llegando y había un montón de casas grandes y modernas con grandes jardines.

Y ya por fin llegamos a la casa, era bastante grande, moderna, muy bonita, con vistas al mar y un jardín enorme y precioso.

Mi madre abrió el portón con un mando y dirigió el coche al edificio.

En el jardín había un jardinero trabajando y en la casa estaban el nuevo marido de mi madre, nuestros dos hermanastros o eso creo, una cocinera, un limpiador y un asistente.

Nuestros hermanastros se notaba en sus caras que estaban obligados a recibirnos.

Y yo obligada a saludarlos.

Nos bajamos del coche y lo primero que hizo mi madre fue darle un beso y un abrazo a su marido y luego saludar con un beso en la mejilla y otro abrazo a los otros dos, y bueno ya de paso saludó a los empleados.

Me bajé y tanto mi hermano como yo tuvimos que saludar a nuestro nuevo padrastro y a nuestros hermanastros, cosa un poco incómoda.

Me acerqué a la chica que tenía cara mona, a lo mejor me caería bien.

Le dije hola y claramente obligada me tuvo que responder.

-Hola-me dijo.

Después fui a saludar al chico, que era super guapo, y tenía mucho músculo, pero no iba a dejar que me distrajera nada de eso.

Él ni me saludó y me sentí como una tonta.

Entramos a la casa y tenía de todo, biblioteca, spa, gimnasio, cuarto de invitados, una cochera enorme, sala de juegos, sala de estudios...

Era, simplemente, increíble.

Cansada le pregunté donde estaba mi cuarto y me llevó hacía él, cuando me lo enseñaron me quedé asombrada, era enorme, tenía vistas al jardín que era precioso, y tenía una cama de matrimonio enorme, que bien iba a dormir.

-¿Qué te parece?-me preguntó mi padrastro-.

-Me gusta mucho la verdad-admití.

-Bueno, espero que lo disfrutes mucho, yo solo quiero que os sintáis como en casa. -Ven, te enseñaré tu cuarto- Le dijo a mí hermano, y se fueron.

Después de dejar mis cosas para luego ya mañana instalarme tranquilamente fui a la cocina a beber agua.

Y me encontré a mi hermanastro.

-Hola -dijo con un tono de chulo.

-Anda, ahora sí me saludas ¿no? -Dije en tono de molesta-

-Es que antes no tenía ganas de hablar, ¿sabes? No me gusta mucho la idea de que tres desconocidos vivan en mi casa.

-Vaya, que pena, a mi tampoco me gusta, me aguanto y tengo un comportamiento maduro no como tú.

Se me empezó a acercar hasta que nuestras caras estaban a menos de un metro de separación.

-Aver si lo entiendes ahora, este territorio no es tuyo si no mío, así que mejor que te relajes anda porque te veo muy chula para ser una niña acogida.

No sabía que decir, porque en cierto modo llevaba razón, estaba aquí en su casa, su padre iba a mantenernos, y tampoco me salían las palabras de tenerlo tan cerca mirándole a sus ojos azules tan perfectos y preciosos.

Después de eso se marchó y recuperé la compostura.

Mi vida aquí iba a ser más dura de lo que esperaba.




Amor silenciosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora