En mis momentos de soledad, cuando el Sol ya está completamente escondido y la Luna y las estrellas deciden mostrarse e intentar alumbrar, invento historias, palabras atrapadas en oscuras pupilas, sentimientos ocultos en cualquier hueco del cuerpo, pensamientos escondidos en lo más profundo de la mente. No sé de rimas, ni de versos, pero me gusta llamar a esto poesía.