Cuarto poema.

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El tiempo pasó

y me encuentro

en el mismo lugar 

de siempre.

Mirando una pared

que ya he estudiado 

miles de veces,

observando una pantalla 

de la que sale una luz

que es la única que alumbra la sala,

escribiendo un par de versos rotos

que esperan ser leídos.

Encontraré la salida

demasiado tarde,

cuando el Sol ya se haya escondido,

la nieve del frío invierno llegue,

y ya ni sea capaz de moverme;

cuando sienta que mis sentimientos

son tan frágiles como el cristal,

un cristal que está a punto

de estrellarse contra el suelo,

un cristal que se hará añicos,

un cristal del que nadie quiera recoger los trozos.

Tan sólo quedará el recuerdo

de un corazón helado

que no pudo sobrevivir a la tormenta.


Soledad fría.Where stories live. Discover now