Sexto poema.

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El cristal terminó por caerse,

miles de añicos esparcidos por el suelo,

ahora que el vaso

está completamente roto

llegó el momento de olvidar.

Me estoy enganchando a cualquier precipicio

aunque eso no te importe,

esperaba que fueras mi salvavidas

y al final,

y como siempre,

he tenido que ser yo misma

la que decidiera

que ya era hora de acabar con todo,

hundirme en mitad del océano

o llevarte directamente,

aunque poco a poco,

a mi olvido.

Y siendo sincera,

siempre me ha dado miedo ahogarme.


Soledad fría.Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum