Aftermath (Secuelas)

4. "Pez fuera del agua"

545 días antes.

Mis pupilas siempre tardaban en acostumbrarse a la absoluta oscuridad, aunque el cuarto tenía unas cortinas casi transparentes y las persianas siempre estaban entreabiertas. La luz entraba por ellas oblicuamente iluminando la cama contigua a mí.

No había mucha distancia, tan solo dos pasos y una mesita de noche.

A veces me incomodaba que alguien más estuviera ahí, pero cuando no podía dormir y mi cabeza estaba ladeada hacia uno de mis costados, mirarlo dormir no podía ser tan malo.

Ahora que no había un gorro rosa en su cabeza podía ver su cabello castaño entremezclado con una venda casi tan pálida como su misma piel. Lucia como un niño de cinco años durmiendo tranquilo finalmente luego de un mal día.

Era como canción que puede influir directamente en tu estado anímico o como un libro que puede cambiar ligeramente tu perspectiva, Casi inconscientemente su cicatriz (sabía que había una en su frente cubierta) me recordaba a otras cosas que hubiera deseado no pensar.

El pasado siempre volvía a mi cuando mi cabeza estaba calmada y vacía en la oscuridad. Pero poco podía hacer yo para evitarlo, no tenía manera de esconderme cuando las cosas que me atormentaban vivían en un rincón de mí mismo.

Trate de mantener la mente en blanco, hasta que logre quedarme dormido en el completo silencio.

**

–Despiértate, ¡Que te despiertes!

Unas manos firmes estaban sacudiéndome y me desperté sobresaltado. Frank estaba parado al lado de mi cama con sus manos aun sobre mis hombros, me gire para enfrentarlo pero ni siquiera podía verlo con claridad estaba demasiado dormido y había saliva en mi boca.

–¿Q-Que?

Frank empezó a revolver todo con desesperación, de repente se había alejado dejándome aturdido y recién despierto. Sin embargo, no tenía muchas cosas solo dos mochilas y un par de chucherías tiradas sobre la mesita de noche. Iba a preguntarle que buscaba cuando directamente me acuso a mí.

–Donde están mis zapatillas. Y mi gorro. –Replico Frank quejosamente con dedo apuntando directamente. –No están mis cosas y ya revolví todo, no puedo estar sin mi gorro.

Toco desesperadamente su cabeza al recordar el vacío que provocaba la ausencia de su gorro, hasta habría sido divertido si no estuviera mirándome de esa forma.

Yo lo mire con el ceño fruncido unos instantes sin comprender. El lucia raro sin su pequeña coraza, solo se la sacaba para dormir, y trataba de no mirarlo cuando lo hacía. Su cabello fino arremolinado caía sobre su cara y su frente, era de un color más castaño que negro en partes más disparejas y largas que en otras. Una gran venda color piel cubría su frente dándole un aspecto de atormentado cuando me miró fijamente, sus grandes ojos claros acusándome.

–Oh. –Murmure.

–Eso no es una respuesta, ¿donde metiste mis cosas? –Volvió a acusarme libremente como si yo hubiera sido sin prueba alguna. Desesperado lo vi revolver bajo de su cama y de la mía.

–Yo no fui. –Replique con un tono indignado, frotándome la cara y levantándome con lentitud de mi cama ridículamente alta. –Oh mierda.

–¿Qué? –Dijo mirándome con cara de pocos amigos. Linda no estaba tan errada después de todo, Frank era bastante caprichoso, su ceño fruncido era acusador. Nunca habíamos hablado lo que se puede decir mucho, era deliberadamente muy malo en ello y Frank siempre solía ignorar mi presencia. Sin embargo su capricho era irrazonablemente lindo.