Aftermath (Secuelas)

14. "Soy lo opuesto a la amnesia."

"Todos tus secretos se arrastran dentro. Los mantienes seguros dejándolos esconderse.

Los sientes seguros bebiendo tu dolor. Para matar los recuerdos.

Así que cierras los ojos y dejas que te lastimen.

Tu voz interior parece despertar, ¿Te acuerdas todo lo que solías ser? "

Lie to me - Red.

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Tengo un secreto, júrame que vas a guardarlo en tu bolsillo y llevarlo hasta la tumba.

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El silencio se dispersó entre nosotros dos como una bomba de humo y yo no podía simplemente apartarla, debía esperar a que Frank dijera algo si es que al final decía algo. Era ingrato de mi parte mostrarle eso a él, Frank era mi único amigo.

 La vista no era grata.

Como ya he mencionado antes, el hospital estaba perfectamente distribuido en plantas. En la planta baja estaba terapia intensiva,  esa era una zona que yo había visitado en repetidas ocasiones por mi propia causa o por mi madre. Si, mi madre.  

Tengo un recuerdo horrible, que no deja de recorrer mi cabeza. De un extremo va rompiendo mis pensamientos. El dolor se vuelve insoportable cuando sabes que cometes el mismo error, que tendrás un mismo final para la historia que jamás concluye.

Estoy moviéndome maniáticamente mientras muerdo mis dedos o lo quedan de ellos, soy un amasijo de tics y secuelas que detesto con demasiada intensidad. Es una mezcla entre odio, abandono y tristeza. No he venido en tanto tiempo, tanto. Sé que soy una mala persona por no haberlo hecho. Tan sucio, rencoroso. Pero cuando algo me hiere lo evito. Tengo que seguir viviendo me digo. Aunque no sé con qué excusa.

Probablemente todo esto es mi culpa. Y no puedo soportar la culpa más.

Una mano de Frank esta en mi cintura casi contra mi cadera. Me pongo más nervioso y lo miro liberando el dedo que mordisqueo. En ese lugar solo podrías entrar si poseías un permiso exclusivo de un familiar internado y era la hora de las visitas, cosa que Frank no contaba por lo que nos quedamos afuera. Sé que no voy a hablar a menos que me obligue.

Sus dedos se ciernen sobre la tela de mi pijama casi clavados en mi piel, él está arrastrándome lejos de ahí. Frank abre muchas puertas de los consultorios hasta que encuentra el que más lo conforma que parece como si hubiera sido abandonado y reformado como depósito de suministros.

-Esa es mi mamá. –Digo y me siento en una caja que puede soportar mi peso. Sostengo mi cabeza a punto de estallar con ambas manos.

-¿Qué le paso? –Pregunta el con suavidad, temeroso. Esta enfrente mío.

-Está en coma. –Murmure  moviendo los labios de una forma extraña –Desde hace años, a veces siento que es culpa mía que este así, Ella está viva, y la vez no. Es... extraño como podemos permanecer en este mundo pero una mínima parte se fue, probablemente para no volver.

Frank está jugueteando con el borde de mi camisa con nerviosismo, no quería pensar mucho en lo que iba a decir, los nervios nunca habían jugado a favor mío. A pesar de todo, cuando más trataba de evitarlo, los recuerdos aparecían de a poco como memorias inconclusas en mi cabeza. Como pequeños cristales los cuales he estado evitando pisar por mucho tiempo y ahora estoy sobre ellos; el dolor no es lo peor que causan, lo peor es que estoy descalzo, Desprotegido teniendo que avanzar.

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Lo más difícil de relatar tu propia vida es no saber por dónde comenzar, claramente había nacido un jodido día de abril pero ese no era un hecho significante, al menos para mí no era algo memorable.