My First And Last | Nomin

...ready for it?

in the middle of the night, in my dreams

you should see the things we do, baby

in the middle of the night, in my dreams

i know I'm gonna be with you

so I take my time

are you ready for it?

❄️❄️❄️

Giré en el incómodo sofá por enésima vez aquella noche.

Que no iba a poder dormir era un hecho que tenía más que asumido, pero que encima me estuviese muriendo de frío era un plus que no sabía cuánto más estaría dispuesto a soportar, y no creía que a los compañeros de piso de Jeno les gustase encontrarse un cadáver petrificado en el sofá mañana por la mañana.

Me tapé la cabeza bajo las mantas, esperando que mi cuerpo conservase un poco de calor. No ayudaba que estuviese en una casa desconocida, con ruidos de procedencia desconocida que me despertaban y asustaban a partes iguales, que el sofá se me clavase como mil alfileres, y que mi mente no pudiera dejar de repetir una y otra vez la escena de Jeno y yo en la cama. Mi puñetero corazón latía como una locomotora ante el recuerdo de sus manos envolviendo las mías, pero parecía incapaz de bombear un poco de sangre hacia mis dedos congelados.

Exhalé sobre mis manos, deseando tener el mismo riego sanguíneo que el chico durmiendo a unos metros de mí. En realidad, si lo pensaba fríamente, podría levantarme y meterme en su cama si quisiese. Dormir calentito y encima dormir junto a Jeno... Menuda fantasía. Pero no, aquí estaba y aquí me iba a quedar, con un par de mantas que no conseguían protegerme del frío irónicamente infernal, mi mirada viajando del respaldo del sofá al techo del salón, del techo a la sospechosa pantalla del televisor, que me daba muy mal rollo porque desde pequeño siempre había tenido pesadillas con que la niña de The Ring salía de ella, y vuelta a empezar al respaldo del sofá.

Cerré los ojos con fuerza, volviendo a girar en el molesto mueble. No iba a salir nada de la dichosa pantalla, ya era mayorcito para asustarme por esas cosas. Como mecanismo de autodefensa, siempre me había convencido a mí mismo de que si eso llegase a pasar alguna vez, que no porque era imposible, pero si llegase a darse la casualidad, me encargaría de invitar a la niña a darse un baño y le preguntaría cómo estaba mientras tomábamos un té, porque me imaginaba que se tendría que sentir muy sola después de haber pasado medio milenio en el fondo de un pozo. Me lo agradecería y me perdonaría la vida, y todo resuelto. Nada de muertes, ni traumas no resueltos. A veces solo necesitabas empatizar un poco con los monstruos de películas de terror para que te dejasen dormir en la noche.

Busqué mi móvil debajo de la almohada que me había dado Jeno, un poco demasiado blanda para mi gusto. Era la 1:27 am. Solo. Aunque a mí me daba la impresión de que llevaba horas dando vueltas como un pollo en un asador a menos cinco grados. Me hice una bolita como pude mientras mis dientes castañeteaban de frío. Que me iba a morir congelado de verdad.

Intenté concentrarme en ese recuerdo cálido, el de Jeno, Jeno y su olor a menta mezclado un poco con cloro, Jeno y su cálida risa tonta y grave con los vídeos de gatitos, Jeno y su pulgar frotando suave el dorso de mi mano una y otra vez. La sonrisa boba ascendió sola y me tapé la cara con las manos. Estaba acalorada. Dios mío, cualquiera que me viera pensaría que estaba enamorado. Deseché ese pensamiento con pánico, y pasé a concentrarme en cualquier otra cosa. El hot pot de Renjun -y la risa de pecho que me salió cuando Jeno se atragantó con el picante-, el culo competitivo de Chenle que no había tenido piedad conmigo -y la suavidad con la que Jeno había guiado mi cuerpo junto al suyo al jugar-, sus finas manos acariciando las mías...