Nunca fui el tipo de estudiante que se prepara extensivamente para un examen. De hecho, ni siquiera era capaz de trabajar bajo presión.
A diferencia de aquellas personas que la noche de antes les hacía sacar su lado más inspirado y no dormían para terminar un ensayo o un trabajo, yo jamás podía concentrarme en algo mucho rato. Por mucha presión que tuviese, por muy estresado que estuviera o por poco tiempo que me quedase, nunca podía permanecer más de 2 horas estudiando sin sentir que se me estaba secando el cerebro. Y eso me llevaba a pecar y a tener "pequeños" descansos de horas enteras entre minutos de estudio.
Así era exactamente como me encontraba ahora, holgazaneando en la cama mientras miraba Twitter en el móvil y con el ensayo muerto de risa a un lado en el portátil. Esperando que se escribiera solo por arte de magia o que viniera la virgen María y me ilustrara en su bendita iluminación.
Honestamente, no era mi culpa. Los trabajos que teníamos que hacer para la uni eran un puto coñazo. Yo era perfectamente capaz de escribir miles de palabras de las cosas que me apasionaban, como... como... Bueno, da igual. El caso es que cuando se trataba de ensayos o de aplicar conocimientos que habíamos visto en clase, me solía quedar en blanco delante del papel durante horas.
Sin esperanzas, solté un suspiro y el aire delineó las arrugas de mi pijama mientras refrescaba Twitter. Vi el vídeo de un gatito que se levantaba en sus dos patitas traseras y daba pasitos. Qué cosita tan tierna y bizarra a la vez. Ahora quería un gato.
Pero Jaemin, el trabajo. Gatos después. Ahora el trabajo.
Me incorporé en la cama y acerqué con pereza el portátil hacia mí. Miré el calendario, comprobando que, efectivamente, me quedaban 4 días para tener el trabajo listo y entregado. Entonces me vino de nuevo a la mente la imagen de aquellos ojos pequeños tras unas gafas demasiado grandes para su cara y resoplé, volviendo a tirar el portátil a un lado y abriendo Twitter para ver en bucle el vídeo del gatito caminando a dos patitas.
Si seguía así, no iba a llegar muy lejos en la universidad.
Pero es que había sido demasiado extraño para mi gusto. O sea, yo pensaba que las personas que te miraban mal y te hablaban borde sin conocerte para acabar siendo un malentendido solo existían en las películas. Pero al parecer no, Lee Jeno era bastante real. Y bastante imbécil, también.
No es que me importase caerle mal a alguien, al fin y al cabo nadie nacía siendo perfecto y era inevitable tener roces con ciertas personas. Pero al mismo tiempo no podía dejar de darle vueltas al asunto. No entendía qué había hecho mal para ganarme aquella actitud con la que se dirigió a mí, como si fuera el bicho más asqueroso del mundo; o el tono de voz que empleó, como si hablar conmigo fuera una molestia para él. Todo ello me hacía pensar y comerme la cabeza buscando alguna acción, alguna palabra fuera de lugar por mi parte que haya podido motivar tal rechazo hacia mi persona.
No podía encontrar nada, y eso mismo me estaba frustrando hasta la saciedad, las cutículas de mis dedos siendo siempre las víctimas directas de mis quebraderos de cabeza. Que yo supiera, no le conocía de nada hasta el otro día, cuando hablé con él por primera vez. ¿Era posible que él me conociera de antes? ¿Podría ser que la universidad no era mejor que el instituto y le habría llegado algún rumor inventado sobre mí? ¿Era precisamente por eso que no tenía más que un amigo que ni siquiera aparecía por clase? ¿Le estaba dando demasiadas vueltas al asunto? Probablemente sí.
A lo mejor, simplemente le pillé de mal humor. Un mal día lo tiene cualquiera. Yo tenía muchos de esos.
Lo más jodido de todo era, que mi mente me repetía en bucle la escena, y cuanto más lo pensaba, más detalles encontraba que me hacían dudar: Aquellos ojos que habían evitado mirarme, su lenguaje corporal distante, como si yo me hubiese confundido de persona al hablar con él. Su tono de voz frío y seco. Todo me indicaba que no era un mero mal día, que a Lee Jeno mi presencia le provocaba rechazo, odio o asco. Y no estaba seguro de querer averiguar cuál.
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My First And Last | Nomin
Fanfiction¿Debería intervenir en este caos de destino que ha decidido jugar con nuestras almas en un juego sin fin? Tengo miedo de que si lo hago, el destino querrá quitarte de mi vida. ¿Te perderé para siempre? - No sabía que te estaba buscando, y sin embarg...