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La reina y el rey de Cordinia lo odiaban, no tenía dudas y la prueba que lo afirmaba era el hecho que estaba en la punta de la gran mesa con duquesas y duques, ah y la cereza del postre era que Madi estaba al lado de su ex, y lejos de el.

Habia tenido una pelea mental sobre que tenedor usar (Roxy lo ayudó discretamente), abrió una herida emocional al recordarles a una pareja que no podía tener hijos, quedaba como un mantenido hijo de papá y mamá (lo cual no se alejaba de lo que era Nicolás o Madeleine, ¿no?) y ahora hizo accidentalmente incapie en su historial amoroso, que era más largo que la colección de zapatos de Emma.

—Que Rica sopa—comentó sin saber que más hacer al probar un vaso que tenía un agua.

—Eso es para lavarse las manos—informó Enrique asqueado.

Todo esto era una escena digna de película, deberían llamarla "Luke Ross, un fracaso en la realeza", una película trágica de como un pecoso quedaba en vergüenza por sus actos.

Suerte que todo esto acabaría, la cenas no duraban tanto, ¿no?

(....)

—¡ME RINDO!, no hago nada bien y quedó en vergüenza siempre.

Roxy lo oyó mientras ordenaba unas cosas del cuarto.

—Todo se arregla—ánimo la castaña—Nada sale tan bien a la primera.

—Pero su ex... Ese Erick no se que, es un príncipe, tiene una título y padres nobles.

—Y Fortuna.

—Y... ¡Hey! —la chica río y Luke la miro ofendido—Igual tengo una fortuna, tengo para comprar millones de islas.

—¿Y por que no las compras?

—Por que si lo hago Zuri me decapita.

Entre unas charlas manos y unas charlas menos, Roxy tuvo que irse avisando que el Té lo llevaría Olivia, una de las nuevas sirvientas. Sin decir más la vio irse y Luke se acostó en la cama, estúpido niñito con complejo del príncipe Erick de la Sirenita.

La puerta sonó y así supo que sería Olivia, sin drama grito un "Pase", alzó la vista y en vez de Olivia una hermosa -como siempre- Madeleine apareció con la bandeja en sus manos.

—Oh no... —susurro Luke y la rubia río.

—Vengo a animarte con mi bella presencia—dejó la bandeja en la mesa que habitaba en el cuarto.

—Si quieres hablar de lo de anoche descuida, se que fue un fracaso. Fue peor que la escena de la cena real de Mia Thermopolis.

Cuando no, Luke haciendo referencia a la película que tanto amaba su pareja y hermana mayor.

—Pero luego todo se arreglo, además que fue peor lo de ella que el tuyo—la princesa recibió un almohadazo—¡Oye!

Entre risas y jugueteos, Madi le trajo una agradable sorpresa a su pecoso favorito.

—¿Eso es Café? —podías jurar que los ojos del muchacho brillaron por volver a ver a su preciado Café.

—Lo robe, ya me cansaba del Té—sirvió la taza de su novio y tomó la suya para alzarla.

—Brindemos, por no tener un Té—brindaron y volvieron a probar al amargo segundo amor de la vida de Luke.

—Oh Café cuanto te amo—murmuro el pecoso.

(....)

Tanto Nicolás como sus padres hablaban sobre varios preparativos. Y es que, el menor de esos tres, iba a ser el futuro Rey de Cordinia y debía meterse en temas de organizacion y liderazgo para ser un digno Rey.

—¿Que es esto?

Isabel tomó un árbol pequeño y descuidado pero decorado con los adornos del Reino. Cuando habló, llamó la atención de su marido e hijo, este último reconociendo el árbol.

—Víctor, te dije que lo tiraras a la basura—reprochó el Rubio.

—¿Por que lo tiraría? —la mirada de la pareja real decayó en el heredero al trono.

—Fue algo que compró el pueblerino.

Dichas palabras hicieron a los mayores recordar al mantenido Ross.

—No me creo que tal chico este con mi niña, por suerte no eres tú Nicolás, el trono de tu futura reina debe ser de una persona de sangre noble.

Oh Rey Enrique, si tan solo supiera que su hijo perfecto no tenía en mente ser el Rey de Cordinia. Preferia ser la mano derecha y que su hermana fuera la reina, tenía más conocimiento en muchas ocasiones que el, solo era ignorada por sus padres en el momento de que mostraba lo que sabía. Era simple, solo Nicolás iría como Rey aunque fuese el mellizo de Madeleine (que significaba tener la misma edad), a menos que el estuviese muerto o no hubiera existido haciendo a Madi hija única, y con eso ella sería reina.

—¿A ti te cae bien? —Víctor fue el centro de atención ahora del trío real.

—Me cae mejor que otras personas.

La reina se apoyo en el escritorio y suspiro, esta situación la ponía estresada.

—Mi madre siempre dijo sobre el buen esposo o esposa, que debías buscar una persona noble para poder sostener bien el nombre y el orden del pueblo—las imágenes de su madre aparecieron en su mente.

—Nicolás, necesito que te retires.

Intento protestar pero fue en vano por que ya estaba saliendo de la Oficina. Siempre pasaban estas cosas, querían que supiera más pero no lo dejaban SABER MÁS, en fin, ¿quien los entendía?

—Debo admitirlo, quise huir como Madeleine, a diferencia que yo no pude y ella sí—suspiro melancólico el rey.

Tanto Isabel como Enrique eran la viva imagen de sus hijos en alguna forma. El rey en sus tiempos de príncipe había querido y amado tener la libertad que tuvo Madeleine por ese tiempo, y la reina era terca al querer tomar el mando de ser una reina como Nicolás -aunque eso no lo sabía Isabel por que su hijo lo ocultaba- era como verse en un espejo con otro rostro.

—Madeleine es la princesa Real, que al igual que el Rey será súper importante aquel puesto... Años tiene la descendencia Windsor—Mientras el hombre hablaba, Isabel miraba un punto cualquiera.

—Tanta historia de familias de sangre real y ahora, un ¿nueyorkino?

—Discúlpeme Reina—interrumpió con cortesía Víctor—Y Rey. Pero la historia es eso, pasado, y el futuro como no está escrito podemos dar grandes cambios.

Suerte fue la del mayordomo que la puerta fue abierta y Erick sonrió dando una reverencia.

—Oh Erick, pero que guapo estas. Parece como yo a tu edad—halago Enrique.

Había cierto detalle que faltaba mencionar, y es que toda la familia tenía la ropa adecuada para cabalgar, una excusa para que Erick tuviera oportunidad de conquistar a Madeleine que igual fue invitada.

—Podría ser por eso que ella no anda aún activo, no creo que le guste andar con su padre—aseguró Isabel.

—Majestades, tranquilo que entiendo. En cualquier momento el sabrá lo perfecto que somos juntos—afirmó el pelinegro.

(....)

—Ahí están.

Madeleine y Luke venían tomados de la mano, con solo la rubia vestida para cabalgar.

—¿No viene Luke? —la pregunta parecía inocente pero tenía toda la intención de dejar en claro lo inútil que llegaba a ser.

O eso percibía el pecoso.

—Luke no sabe cabalgar, padre—hasta la propia Madi había visto esas intenciónes.

Y el propio Nicolás no le agradaba el hecho de dejar como inútil al muchacho, si, no quería que su hermana lo tuviera de novio, pero directamente no lo quería ni a el ni a ninguno más de novio para Madi. No quería que la dañaran y la hiciesen llorar, y si el se burlaba de Luke solo era por su sangre y usaba el "pueblerino", evitaba discriminar tanto

ROYAL CHRISTMAS | luke ross ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora