Capítulo III

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Berlín, Alemania.

— Hendery, no puedes seguir ignorando esta conversación. 

— ¡Sí, imbécil, ven acá!

El mencionado simplemente bufa con aburrimiento, bajando del avión privado de Song Yuqi. Después de largas horas de vuelo, se encuentran en la ciudad de Berlín para atender a la prestigiosa fiesta de cumpleaños número veintitrés de Qian Kun, uno de sus amigos.

Una semana pasó desde que Wong KunHang rechazó su puesto como líder, por supuesto que las cosas se descontrolaron de forma impresionante en la mansión de Wong Yunxi, quien aún no puede creer que su hijo haya declinado la oferta con total naturalidad, como si fuese cosa de todos los días. KunHang no tuvo que pensarlo dos veces, él simplemente no quiere ser líder, y ver el rostro de su hermano agregó más peso en su decisión.

Ciertamente, el puesto de líder es tentador para una persona tan despiadada como lo es KunHang, pero eso significa aceptar el tener que cargar todo un reino de oscuridad sobre sus hombros y, honestamente, no quiere tener que hacerlo.

KunHang tiene dos razones para no ser el líder de su familia: la primera se debe a que su madre siempre le dijo que no permitiera que la sed de sangre lo apartara de su futuro; convertirse en líder significa que no tendrá tiempo para la universidad y otros pasatiempos, lo cual es exactamente lo que su madre quería evitar. La segunda: no quiere ver que el brillo de admiración en los ojos de YukHei cada vez que lo mira desaparezca, no podría soportarlo, porque de alguna forma, la fe que tiene su hermano en él lo ayuda a recordar que el pequeño Hendery no está del todo muerto.

KunHang sabe que su decisión es inesperada para muchos, y hasta ahora, sabe que la única que ha podido comprenderlo sin necesidad de preguntar es Yuqi.

— No hay ninguna conversación — musita, acomodando su enorme abrigo negro —. Démonos prisa, Kun quiere vernos antes de la fiesta.

— ¿Realmente no vamos a hablar de cómo podrías ser exiliado de la familia? — pregunta YukHei, casi con tono suplicante.

— Wong YukHei — espeta, viéndolo directamente a los ojos — ¿Piensas que tengo miedo de nuestro viejo? Si va a exiliarme, que lo haga, no me interesa.

— Pero tú haces todo lo que dice sin rechistar, ¿Cómo es que ser exiliado de tu propia familia no te interesa?

— Mi única familia son ustedes — dice mordazmente — ¿Yunxi y tu madre? Por favor, los veo simplemente como los dueños de la mansión. Desde que mi madre murió, no tengo nada que perder excepto a ustedes, y déjame decirte que sacrificar un futuro sano por un puesto de mierda me parece estúpido.

— Creí que querrías esto... para investigar sobre eso. — Yuqi mete las manos dentro del bolsillo de su abrigo.

— Voy a conseguir información por mi cuenta, no quiero que nadie tenga que meterse en mis asuntos, lo mismo va para ustedes.

YukHei aprieta sus puños en frustración, porque la expresión seria y tosca de su hermano jamás cambia, se mantiene fuerte, no vacila en sus palabras.

Deciden dejar el tema por esta vez, Yuqi les hace una seña para que entren al auto que ha llegado a recogerlos.

KunHang se cruza de brazos, observando la nieve acumulada en las copas de los árboles y las calles resbaladizas. Varias personas juegan en el parque ha hacer un muñeco de nieve, tirarse bolas de nieve o hacer figuras en la misma. La última vez que Hendery jugó en la nieve fue hace quince años, cuando tenía siete y su madre aún estaba junto a él para salir a jugar por horas, terminando junto a la chimenea con una taza de chocolate caliente en sus manos.

How to get a princeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora