𝘼𝙣 𝘼𝙣𝙜𝙚𝙡 𝙒𝙞𝙩𝙝 𝙖 𝘿𝙧𝙖𝙜𝙤𝙣

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–¿Has visto caer algo en el bosque anoche, Chan? –Preguntó Felix a su amigo mientras ambos compraban algo de frutas. El pelinegro miró a su amigo con el ceño fruncido.– 


–¿Otra vez confundiendo sueños con la realidad, Lix? –Bangchan rió mientras colocaba su mano encima de los cabellos rubios del menor.– Sabes que nada puede entrar al bosque, solo criaturas mágicas.

Felix suspiró mientras seguía con sus compras, pensando en lo que había visto. Era una figura como halada que llegaba al bosque y luego vió una luz iluminando el lugar, tal vez si no fuera por su vista algo especial no habría logrado ver aquello.

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Una nueva noche caía en el reino Aldenia y Felix, cubriendo su apariencia con una capa de cuero, se dirigió al hermoso bosque que estaba encantado según los ciudadanos del reino. Suspiró antes de lograr pasar la pequeña barrera mágica y miró hacia los lados intentando orientarse, estaba dispuesto a encontrar a la criatura que había caído en el lugar.

¿Cómo es que Felix puede entrar si solo criaturas mágicas podían hacerlo? Sencillo, él es una criatura mágica. Tanto su madre como su padre y hermano mayor eran fuertes y majestuosas hadas, pero no de las pequeñas que pintan en los cuentos de hada. Eran hadas grandes, que imponían autoridad y respeto, siendo temidas en el bosque por la gran cantidad de poder que su, muy, escasa especie tenía.

¿Y cómo es que fue que Felix terminó viviendo en el reino de los humanos? Tres años luego del nacimiento de Felix el rey descubrió el paradero que tenían fuera del bosque y planeó una emboscada, Lee Jisung, el hermano mayor por horas de Felix, fue dejado en el bosque a cuidado de otras criaturas mágicas mientras que la madre intentaba dejar al pecoso rubio al cuidado de otras criaturas y el padre se enfrentaba a los soldados que habían sido mandados.

Lamentablemente no sobrevivió y la señora Lee junto a su pequeño hijo fueron encontrados con rapidez, es así como Felix y Jisung terminaron huérfanos, el mayor de ambos bebés totalmente alejado de su mellizo y el pecoso sin sus preciadas alas, teniendo que servir al rey para siempre con sus poderes. Por desgracia, los dos mellizos jamás lograron saber que en realidad eran hermanos.

Felix salió de sus pensamientos cuando escuchó unos pequeños quejidos y caminó hacia el lugar de donde éstos provenían, encontrándose con un 'humano' al llegar.

–¿Qué eres? –Preguntó con seriedad el rubio viendo al pelinegro que se encontraba quejándose en el piso. Su mirada se dirigió al abdomen descubierto de este donde una herida se encontraba, rápidamente se agachó a su lado, acercando sus manos hacia la herida. Claramente el desconocido se alejó.– Joder quédate quieto, te estás quejando de dolor y yo puedo ayudarte en eso. –Felix bufó, presionando finalmente su mano en la herida. Una luz empezó a rodear esta y, provocando bastante dolor en el pelinegro, la herida externa empezó a cerrarse.–

–¿Eres un maldito hada? –Gruñó el pelinegro cuando finalmente el pelirrubio acabó.– Casi ni hay de tu especie, ¿Qué haces en un bosque al lado de un reino? 

–Vivo en el reino. –Respondió calmado Felix.– Ahora dime qué mierda eres tú porque un humano común y corriente es imposible que entre aquí, solo criaturas mágicas logran entrar. –el pelinegro bufó mientras se sentaba, Felix solamente mantenía su vista en el rostro de este sin ser consciente aún de la desnudez del chico.–

-Soy un dragón, de esos que tu reino tanto odia. -El pelinegro murmura con resentimiento, alejándose del chico que acaba de sanarlo.- Mátame si lo deseas ahora que sabes lo que soy.

-¿Por qué te mataría cuando acabo de gastar parte de mi energía curando tu herida? -El menor frunce el ceño, alejándose del chico para buscar algo en su mochila, sacando segundos después una manta para tirarla al chico de verdes ojos.- No me importa la guerra que se desate aquí, si vivo en el reino obedeciendo al rey es porque es mi única manera de sobrevivir.

𝙟𝙪𝙨𝙩, 𝙩𝙝𝙚𝙞𝙧 𝙡𝙤𝙫𝙚 𝙨𝙩𝙤𝙧𝙞𝙚𝙨Where stories live. Discover now