Capitulo 46: Un mensaje lo cambia todo

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Catalaia Archer

Sentí paz y tranquilidad por primera vez en mucho tiempo. De alguna manera el dolor ya no pesaba tanto y no tenía ira ni rencor que manejara mis emociones. Jamás imaginé que aquel día llegaría. Uno en el cual me sintiera libre y renovada. Miraba aquellas linternas flotantes flotar cada vez más lejos hasta perderlas de vista y era como ver en ellas mis pesares alejándose hasta perderse por completo. Margaret aún estaba susceptible y dándole un abrazo fuertemente,  cerré los ojos.

— Todo estará bien, tú estarás bien.

— Ojalá

— Así será.

Ella me miró extrañada y aún en toda su conmoción surgió una pregunta en su interior. Agarró mis manos y mirándome preguntó.

— ¿Cómo lo has hecho? Como has hecho para dejar ir tan fácil cinco años de tortura, la muerte de tu hija y todo lo que esa mujer ha hecho.

— Estar tan cerca de la muerte, ver cómo casi se lleva al hombre que amo, me hizo entender que no hay venganza, no hay odio que haga que todo lo que esa mujer hizo se reponga. Tengo fe en que pronto todo el mal se le va a devolver y pagará por justa causa todo lo que ha hecho. Hay cosas mucho más importantes en la vida en estos momentos. — Sonreí — Tu, tú bebé y la familia que puedes formar con Louis por ejemplo.

Ella secó sus lágrimas y aún esa falta de autoestima seguía en su interior y más cuando se trataba de Louis y su relación. Entramos a la casa muertas del frío y ella pretendia evadir la pregunta pero sin dejarla ir insistí.

— ¿Por qué evades el tema de Louis?

— Se ha divorciado y ahora quiere casarse conmigo pero..., pero yo no sé si quiera lo mismo. Tengo muchas cosas en la cabeza, mucho que organizar y en estos momentos no se que es lo que siento.

Ella no lo sabía pero yo sí, veía el amor en sus ojos pero también veía el miedo a ser feliz. Estaba tan acostumbrada al dolor que creía absurdamente que así era como debía vivir. Acariciaba su vientre mientras lo observaba como si fuera la única cosa valiosa que le quedaba en la vida. Llena de nostalgia comentó.

— ¿Sabes cómo concebí a este bebé? De la manera más penosa del mundo. Se supone que íbamos a hacer el amor, pero no fue así del todo. Yo estaba inmóvil, como en trance mientras el me besaba, mientras me acariciaba. Cuando me penetró, sentí miedo en lugar de placer. El dice que le gustó hacer el amor conmigo pero todo fue un desastre Catalaia. Quizá no me entiendas, pero prefiero verlo feliz y teniendo una vida plena con una mujer normal a verlo a mi lado infeliz y fingiendo una felicidad que está lejos de sentir. Por que lo amo es que deseo que se aleje de mi. Podemos ser los mejores padres para este bebé pero no creo que seamos los mejores esposos.

Puse los ojos en blanco y de lo único que tenía ganas era de darle un guantazo por idiota y terca. Intentando buscar la forma de que ella por fin aceptara de una buena vez la oportunidad que la vida le estaba dando respondí mientras seguía mirando el cielo.

— Conozco a Louis, ha pasado todo un suplicio sin ti. Créeme que más allá del sexo, el desea estar contigo y tú eres su felicidad. Se que eso que viviste con Nathaniel es algo difícil y que jamás podré entender porque no lo viví pero lo que sí puedo decirte es que sentí el mismo miedo, el mismo asco al sexo. Me sentí como lo más inservible y  sin valor. No me cabía en la mente ser otra vez mujer y mucho menos hacer el amor. Pero fue precisamente el amor y la comprensión de Nathaniel quien me ha hecho poco a poco volver a ser quien yo era. Si pones de tu parte, si te convences de una vez que tienes derecho a ser feliz sin importar el pasado entonces podrás estar en paz contigo misma. No seas tonta, Louis está loco por ti, puede estar con cualquier mujer y te ha elegido a ti. Con quien tendrá un bebé será contigo.

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