2.

191 27 3
                                    

Lo poco de luz que podía entrar gracias a las cortinas, le despertaron al sentirse desubicada. Abrió los ojos encontrándose a su hermanita durmiendo en su pecho.

Era obvio que la pequeña después de varias historias se acobardó, al menos fue eso y no se atrevía a llorar.

Su hermana Eun Bin era de sueño tan pesado por la noche que podrían hasta levantarla y no se da cuenta. Por lo que se le hizo fácil arrimarse.

Con sumo cuidado, fue lentamente dejando a su hermanita sobre la almohada para estirar el brazo hasta su móvil viendo la pantalla.

6:46 A.M

Suspiró cansada sentándose.

Era muy temprano pero sabía que volver a dormir no era buena idea. Así que se levantó evitando hacer ruido para salir del cuarto.

La casa seguía a oscuras de no ser por algunas luces que guiaban a Eun Bin hasta la sala de estar. Con su teléfono alumbró una de las mesas encontrandola la llave para salir junto al perro que despertaba.

Antes de salir tomó su abrigo y cerró la puerta caminando a una de las sillas en el portal.

El cielo tenía aún ese color entre azul y naranja, la mañana era bastante fría con algo de viento.

—¿Woonie quieres caminar?—El perro acostado en el césped se levantó moviendo su cola.—Tomaré eso como un si, en lo que ellos despiertan.

Aún en pijama, se puso los zapatos para caminar junto al perro que corria de un lado a otro con emoción. Ella alzó su vista a los arboles, el camino viejo de piedra y las casa separadas unas de las otras.

Algunas personas ya estaban despiertas, mayormente de la tercera edad.

Estaban desde temprano haciendo deberes o sentados viendo el amanecer.

—Hace frío Woonie, ¿Que tal si regresamos?.—Aunque solo dieron una caminata alrededor, no quería perder de vista la casa.—Ven.

Regresó sintiendo pisadas atrás, no eran del canino sino más bien de otra persona. Volteó para asegurarse que no había nadie más y siguió.

—Hija, despertaste temprano.—Sus abuelos estaban ambos sentados en el portal. —¿pudiste dormir?

—Si, es que ya no tenía sueño.—Se apoyó en la pared viendo los árboles.—¿Los demás?

—Sabes como son tus padres, dicen que van a despertar pero no lo hacen. —Negó la señora riendo. —pensabamos en tomar desayuno afuera, luego podemos ir en bicicleta por el pueblo.

—Suena bien, iré a despertarlos.

Así comenzó su día tomando el desayuno en un restaurante que era de la familia donde los recibieron con abrazos y mucha emoción.

Más tarde fueron al pueblo, caminando y las dos jóvenes en bicicleta.

Tardaron un poco gracia a su madre quien a cada tienda entraba durante horas. No siempre todo iba como se planeó, los abuelos también era mucho de charlar con la gente.

Luego del último recorrido, regresaron a la casa para limpiar y hacer algunos trabajos en el jardín.

—Recuerdo cuando lo planté. —Sonrió viendo las flores a un costado de la casa. —Me gustaba ver ese arbusto rosado.

I Choose you.|Choi Soobin|Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum