I Choose you.|Choi Soobin|

3.

Ese día había despertado un poco más tarde pero con la sorpresa que no había nadie en casa.

Se levantó de la cama viendo la habitación en orden. Al menos su hermanita limpió un poco antes de irse.

Tomó su móvil y se levantó desorientada para salir del cuarto. Fue al baño para hacer sus necesidades y también cepillar su cabello.

—¿Que voy a comer?—Caminó hasta la cocina cruzándose de brazos. Sintió un vacío extraño, algo faltaba en el silencioso ambiente...Woonie. —¿Se lo habrán llevado?

Seguido de eso escuchó unos quejidos y a Woon ladrando intermitentemente.

—¡Woonie!—Sin pensarlo abrió la puerta saliendo al patio de donde venían los ladridos.

Se asustó al ver un cuerpo frente a Woon. Logró reconocer su rostro al acercarse, era el chico de ayer que conoció en el bosque.

—¿Soobin?...Woon, alejate.—Se acercó viéndo sus ojos perdidos.—Soobin.

Parpadeó quejándose mientras intentaba al menos permanecer sentado. Se veía mal, estaba muy pálido y con la mirada perdida.

—Eun Bin. —A duras penas se levantó algo débil. —Hola.

—¿Cuanto tiempo llevas aquí Soobin? Parece que te desmayaste. —Cerca de tocarlo, él se alejó para evadir su mano. —¿Te sucedió algo?

—Es que...no he comido nada desde hace un tiempo. —Dijo algo débil. Eun Bin pudo notar como apenas podía estar de pie. —Pero estoy bien, no pasa nada.

—¿Por qué no dejas que te ayude? Tal vez te traiga algo, no me molesta.

—Seria muy amable de tu parte. —Ella sonrió para extender su mano.

Soobin suspiró agotado de esconder su secreto. Tal vez podría modificarlo para que ella no se asuste o sienta presionada. Era solo una chica con una familia igual que él, no tendría el valor para arrebatarle eso.

—Disculpa pero, no puedo dejar que me toques

—¿Por qué razón? No tengo nada malo.—Dijo confundida por el extraño comportamiento del más alto.

—Soy un...digamos que duende. —Sonrió intentando ocultar la verdad.

La menor se cruzó de brazos alzando una ceja.

—¿Y yo debo creerme esa historia?—Dijo burlándose.

—Si me dejas contarte puedo explicarlo.

—Soobin, creo que me mientes y es muy extraño que te compares a un ser inexistente.—Se se dio la vuelta negando.

—Enserio te digo la verdad, mira. —Desacomodó su cabello enseñando la punta de sus orejas.—Y la corona es de oro, en serio.

—Llevas un poco lejos el cosplay... El maquillaje de hoy en día puede hacer maravillas. —Decidió irse pero por sorpresa el más alto se situó frente suyo sin darle tiempo a cambiar de dirección y lo atravesó. —¿¡Que!?

Volteó atónita sin creer lo que sucedía. Ella literalmente pasó como si fuera un fantasma.

—Te lo dije, no soy alguien normal... No ahora. —Se subió de hombros para acercarse y extender la mano.—Otra vez... Y no juego.

—Esto no puede ser cierto. —Pronunció intentando tocar su mano. Simplemente la atravesaba al igual que todo su cuerpo. —¿Enserio eres real?

—Diria que si, lo único que no me atraviesa son los objetos o animales. —Recordó como jugaba con el perro.—Por favor no vayas a desmayarte, no podría hacer nada.