Capítulo 14

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Al día siguiente, abrí mis ojos y me encontré con la ventana, afuera amanecía y yo sentía que mis ojos me pesaban. No había llegado a dormir esa noche. Las palabras sonaban en mi mente, una y otra vez, papá, Stan, Luke, Avril, Nathan, Harry… Y… Sobretodo… La de mamá. Diciendome qué hacer, diciéndome qué pensar… Pero luego, me doy cuenta de que no es ella, soy yo. Somos la misma persona, con el mismo pensamiento, el mismo adn, y la misma locura.
Mamá estaba loca, papá no lo quiere aceptar… Pero lo estaba. Ella debía estar en un hospital psiquiátrico. Ahora solo siento que soy una amenaza para papá, un castigo, un “nunca se acabará la tortura”
¿Nunca has sentido que eres una mierda? Bueno pues, así me siento ahora. No me importa, quiero arrancarme la piel, quiero sollozar, quiero morir.
Esperé a que sean las ocho de la mañana para que papá se vaya, y una vez que escuché la puerta cerrarse, esperé unos segundos y aun acostada en mi cama, me destapé y enterré mis dedos en mi cuero cabelludo. Sentí las lagrimas caer hacia atrás, y miré a un costado, mi almohada estaba en de negro a causa del rímel. Miraba afuera y el cielo era blanco, miraba adentro, y todo era negro. Un mundo sin colores.
Comencé a llorar, y luego sollozar, transformando esos sollozos en gritos de desesperación.
Me hice un ovillo en la cama, mientras las voces seguían sonando en mi mente, los recuerdos pasaban como flashes y cuán más bonitos eran, más dolían.
¿Estoy loca también yo?
Esto es esa sensación de que estas muriendo, pero nunca mueres. Esperas un final, pero nunca llega.
Lloré prácticamente que toda la mañana, y cuando era la hora de que papá llegara, yo ya estaba arreglada, bañada y parecía que nunca hubiese llorado. Incluso, le sonreí al espejo y parecía que era real. 

Vi su auto aparcarse, así que, corrí para saltar al sofá en la sala y encender la televisión.
Entró con un largo suspiró y me miró. Esa mañana estaba como nuevo aunque, estaba pálido y dejo de lado su mochila jansport negra en el suelo, como un adolescente haría.

-Hola- dijo y me sonrió. Tardé en contestarle pero luego le dije:

-Hola- dije y suspiró.

-¿Sucede algo Emma?- preguntó y negué.

-¿Almorzaste?- preguntó yendo a la cocina.

-No- dije mirando el televisor.

Suspiró cansado entrando a la sala y me miró por unos segundos.

-¿Qué sucede Em?- preguntó y lo miré- Estuviste llorando- dijo firme.

-¿Qué?- pregunté sorprendida y se cruzó de brazos.

-Vamos Emma, te conozco como a la palma de mi mano- dijo firme y yo me levanté del sillón. No dije nada, solo caminé hacia él y una vez frente suyo, lo abracé por debajo de sus brazos, apretándolo muy fuerte, acurrucando mi cabeza contra su pecho como si así pudiese solucionarlo todo.

-Me siento extraña- dije en su pecho- quiero arrancarme la piel, quiero desaparecer, todo me molesta, me gustaría no haber nacido para no molestarte. Todos me odian papá, por ser hija de ____, creen que soy una amenaza. Soy una mentirosa, soy una zorra…- dije comenzando a llorar en su pecho mientras él suspiraba.

-Em…- dijo en el suspiro- Todos alguna vez nos sentimos perdidos…- dijo en un ronco tono de voz- ¿Por qué no me dijiste que te sentías así?- preguntó y negué.

-No quise decepcionarte- dije firme y separó el abrazo mirándome a los ojos.

-Emma, somos un equipo, nunca me decepcionarías, cualquier cosa que me digas, la aceptaré y si me pides un consejo… Te lo daré…- dijo tranquilo.

-¿Qué sugieres que haga ahora?- pregunté.

-Ser más fuerte…- dijo con una sonrisa- Lucho con esto todos los días, los adolescentes me ven como un enemigo, pero yo me rio de ellos porque… Me recuerdan a mi… y les digo “Resiste, y me entenderás”

EmmaWhere stories live. Discover now