Emma:
Esa noche, volví a casa y dentro, estaba papá con Nathan.
-Gracias al cielo- dijo Niall suspirando aliviado- ¿Dónde mierda estabas?- preguntó molesto.
-¿Te importa?- pregunté y tomé el camino a mi habitación.
-Creo que, debería irme- dijo Nathan a papá.
-¡Emma ven aquí ahora!- me gritó papá, muy enfadado.
-Mejor me voy- dijo Nathan pero no se fue, se quedó mirando como si fuese una película.
-¡Emma!- me llamó papá mientras subía las escaleras.
-¡No eres nadie para obligarme!- grité molesta, dándome la vuelta- ¡pedazo de mierda con nombre!- le grité furiosa- Eres un desubicado, un abusador- cada cosa que decía bajaba un escalón- ¡Desearía que no fueras mi padre!- grité furiosa.
-¡Emma!- regañó.
-Debiste haber muerto tu, no mamá- dije mirándolo con odio. Las palabras se salían de mi boca, ni sabía que decía, solo podía insultarlo, tenía ganas de golpearlo y lastimarlo mucho.
-¡Emma!- regañó papá.
-¡hiciste de su vida una miseria! ¡Y ahora haces eso con la mía!- le grité furiosa.
-¡Emma cállate!- gritó papá estresado- Deja de decir todas esas mierdas, porque eres una idiota que no sabe lo que dice… Eres igual a tu madre. Siempre con sus estupideces, siempre molestando, siendo tan odiosa- dijo poniéndose rojo, mientras gritaba.
-¡Vete a la mierda!- le grité.
-no me hables así- dijo furioso.
-¡Ni siquiera admites que te equivocaste!- chillé- ¿Al menos Avril sabe de esto?- pregunté y negó- Eres un mentiroso de primera- dije molesta- Me voy de la casa- dije subiendo las escaleras.
-¿Qué? No puedes hacer eso- dijo molesto.
-Si puedo y lo haré- dije furiosa.
-Emma- llamó- No seas cabrona- dijo molesto mientras subía las escaleras- Emma…- dijo más tierna- Esto es difícil y es más dificl si te pones en mi contra…- dijo como si fuese a llorar.
-Yo no me pongo en tu contra- dije deteniéndome- Defiendo lo razonable y no estaré toda tu vida haciendo lo que digas- dije y lo miré. Intenté de imaginármelo besando a millones de mujeres diferentes mientras que él, ni su nombre sabía- Eres un asco- dije molesta y me miró quebrado.
-Emma, por favor- pidió.
-Me iré de la casa, viviré con Harry y cambiaré mi apellido a Styles- le dije subiendo las escaleras y no contestó- O mejor… lo cambiaré a Kilers.
-Emma- dijo con un nudo en la garganta, subiendo las escaleras detrás de mi- Por favor- pidió y me tomó de la mano para detenerme, pero hizo que mi caja de cigarros se caiga del bolsillo de mi campera. Se la quedó mirando con los ojos desorbitados y luego me miró a mi, decepcionado.
Levanté la caja pero me la quitó de las manos.
-Damelos- le pedí y negó, subiendo un par de escalones más.
-Emma Horan- dijo molesto e iba a empezar a regañarme.
-Por favor, Dime Emma Kilers- pedí mirándolo desafiante- O Styles- Dije y subí a mi habitación donde me acosté en la cama a llorar. Ahora si me siento sola, muy sola.
Abracé mi cuerpo sentándome en el suelo, apoyando mi espalda contra la madera de la cama e intentaba pensar claramente. Todo me confundía. Todo.
Tenía una sensación dentro de mi, que me decía que debo de sentir más dolor para opacar el anterior. Sentía un cosquilleo en mis brazos que me invitaban a lastimarlos. Sentí un dolor de cabeza al pensar en lo exitante que es estar junto a Luke, pero en lo tierno que es estar junto a Stan. Pensé en lo maldito que es papá, un completo hijo de puta.
-Emma- llamó papá de afuera, pero ahora sonaba más tranquilo- ¿estás ahí?- preguntó y no contesté, solo le tiré un zapato a la puerta- De acuerdo…- dijo y suspiró antes de hablar- Hija, debes de saber que, pasé lo que pasé, ódiame, tienes toda la razón… Soy una mierda, siempre lo fui… ¿Te piensas que estoy orgulloso de eso?- dijo y sorbió moco, como si estuviese llorando- A veces pienso que, todo lo que me sale mal, es un merecido…- dijo- Cuando naciste tu, supe que tenía una segunda oportunidad… Pero… La perdí…- si quieres irte de la casa, hazlo… Pero, te pediré que hagas una cosa… Solo una y es quererme como tu padre. Odiame como hombre… Pero nunca olvides quien te enseñó a usar un brasier, a jugar al futbol y a andar en bicicleta- dijo y reí en silencio recordando la vez que papá me enseñó a usar un brasier.
No dijo nada más, solo se fue y yo quedé pensando en sus palabras. Pensar y pensar. Las palabras dentro de mi me torturan.
Sin dudarlo un minuto, tomé de mi cajón de ropa una cutter, abrí la ventana, me quité la ropa quedando en ropa interior ya que sentía calor, mucho calor. Me aseguré de trancar la puerta y tomé uno de los cigarros que tenía debajo de la cama. Lo puse en mis labios encendido mientras me sentaba en el suelo. Puse mi brazo extendido hacia mi y coloqué la cutter sobre mi piel. Intenté presionar, pero cuando junté el valor para hacerlo, veo que mi teléfono se enciende a mi lado y pude ver en la pantalla un mensaje de Stan, diciendo:
“¿Por qué no salimos está noche?”
Deje la cutter de lado, apagué el cigarro contra la goma de un zapato que estaba cerca y me quedé mirando la pantalla.
En si, estaba agradeciendo en mis adentros, pero, no sé si papá me dejará salir con Stan. Así que simplemente contesté:
“Me encantaría salir contigo, Stan”
