Capítulo 18

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Reparo sus ojos heterocromáticos, su cabello peinado perfectamente hacia un lado y esa misma sonrisa que recuerdo muy bien.

Doy varios pasos hacia atrás, al volver a verlo. Si, sé que lo estaba buscando al querer respuestas, pero verlo me deja un sentimiento de angustia, de miedo. Gabriel, me dijo que lo que paso ese día en el que Iván "intento drogarme", no es lo que parece, pero mi cuerpo me manda alertas para alejarme, pero hay otra que me deja quieta, sin poder moverme.

El recuerdo está intacto en mí. El miedo que sentí al estar encerrada con él, al ver esa sonrisa burlona, llena de suficiencia; la confusión, el terror al no estar en mis cinco sentidos y saber que no podría defenderme. Cuando lo vi sacar ese frasco, con ese pañuelo que todavía conservo y que lo veo todas las noches en la cómoda de mi cuarto, tuve el mismo sentimiento cuando estaba en cautiverio y escuchaba los pasos de esos hombres acercarse a esa habitación sucia donde me tenían, eligiendo cuál sería mi tortura al tenerme a su disposición.

Mis ojos están fijos en él, en cada movimiento que da su cuerpo.

—No te haré nada— me asegura, pero no le creo.

—¿Cómo sé que no me harás daño?, ¿Cómo me tranquilizo cuando estoy viendo al hombre que intento drogarme?

Hace dos años que mi corazón no se aceleraba así, por el terror que intento controlar dentro de mí.

—Déjame explicarte como fueron las cosas.

Él intenta acercarse, pero me alejo antes de que él pueda tocarme.

<<No pierdas el control>> <<Solo respira y todo estará bien>>

Iván se da cuenta que acercándose no conseguirá nada y por eso se va hacia la silla del escritorio, se sienta dejando las manos donde yo las pueda ver.

—Lo haremos a tu manera—. Me dice muy tranquilo y con mucha paciencia—. Yo no me moveré de aquí, dejaré las manos donde las puedas ver y te explicaré como fueron las cosas.

<<Estoy tan confundida>>

En mi sueño o recuerdo lo recuerdo tan agradable, tan inofensivo, tan simpático... pero en estos momentos no tengo nada que decir de él. No recuerdo nada de Iván o algo que me conecte con él.

Mi cabeza empieza a armar un plan rápido de cómo salir de aquí si algo sale mal. Si él intenta hacerme algo, gritaré lo más fuerte que pueda y sé que Gabriel lo escuchará y vendrá. Por la esquina de mi ojo visualizo la puerta de madera y me concentro en sus ojos.

<<Tendría solo unos segundos para correr antes de que él me pueda alcanzar>>

—Deja de idear un plan, porque no lo necesitaras—. Habla muy tranquilo y eso provoca que mis nervios aumenten y empiece a sudar frio.

Mi mente queda en blanco y endurezco mi mirada, me paro recta, dejo mis brazos a mis costados y aprieto mis puños al querer controlar mis emociones.

—Te escucho—. Digo entre dientes.

Él sonríe y se pasa una mano por la cara.

—¿Qué recordaste? —, me pregunta muy serio y sin ningún ápice de burla.

Me quedo callada al sentir que Iván puede leerme los pensamientos.

—Cuéntame lo que recuerdas, Jennifer.

Dudo antes de contestarle ya que ni he asimilado lo que recordé o lo que soñé... ya ni se lo que me pasa.

—Recuerdo la primera vez que nos conocimos—. Rápido le respondo. 

Una vida llena de secretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora