La Cena

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Para este capítulo decidí poner partes de la escena original y partes que yo le agregué.

Daniel le ofreció a Beatriz algo de beber, le ofreció bebidas que ella nunca había escuchado y mucho menos probado, así que Betty solo optó por pedir su tradicional Jugo de Mora.

—¿A qué me citó aquí Doctor Valencia?. No entiendo por qué tuvo que citarme en un lugar tan caro como este, usted bien sabe que yo no soy el tipo de mujer a la que le gustan los sitios lujosos. Los asuntos de la empresa bien podemos discutirlos en ecomoda.

—La cité aquí porque esta es una ocasión especial. ¿O acaso esta no le parece una ocasión especial?

—Si claro, especialmente aburridora. No crea que para mí es un placer estar aquí.

—Le hago una pregunta Beatriz. ¿El resentimiento es una constante en su vida?. Lo digo porque conociendo su extracción, las luchas que ha tenido que dar en la vida, todas las penurias por las que a pasado y esa suerte de haber llegado a este cargo tan importante, además después de transformarse en una mujer distinta. ¿Eso no le quita resentimiento a su vida?

—A ver si le entiendo la pregunta doctor, ¿Usted me está pidiendo que olvide todo el resentimiento que siento por usted?, ¿Qué olvide todas las cosas que me ha dicho y me ha hecho?

—Si lo quiere tomar así.

—Yo no guardo resentimientos, ni odio por usted.

—Me alegra mucho escuchar eso de usted Beatriz. Es más deberíamos brindar por eso. Gracias (Le dice al mesero que le acaba de servir). ¡Salud!. (Alza su copa).

—Simplemente prefiero mantenerme distante de las personas arrogantes y prepotentes, de aquellos que con una vuelta de la vida están de rodillas. (dijo alzando su vaso de jugo). ¡Salud!. (chocó su vaso con la copa de Daniel y ambos le dieron un sorbo a sus respectivas bebidas).

—¿Le parece que estoy de rodillas?

—Es obvio que en otras épocas, usted jamás habría ido a mi oficina a pedirme que me reuniera con usted, a pedirme una cita, ni mucho menos a invitarme a comer y curiosamente está invitación, coincide con mi nombramiento como presidente y con que tengo la empresa embargada.

—También coincide con el hecho de que usted se ha convertido en una mujer atractiva.

—Jja jja jja.

—En otras épocas sería imposible invitarla a salir fuera del hueco donde Armando la metió y debo confesar que es una suerte que haya aceptado la presidencia que le cedimos, luego de transformarse en una mujer atractiva.

—No se confíe mucho doctor, porque seguramente si le pregunta a Don Hugo Lombardi, él le diría que la empresa sigue en manos de una fea jja jja jja.

En ese momento el mesero se acerca a ellos y les pregunta si deseaban ordenar, Daniel intenta humillar a Betty con el tema de la comida, pero ella se defiende muy bien ante su ataque.

—No conozco nada de lo que me propone jja jja.

—No se preocupe, está en buenas manos.

—No, lo que me preocupa es que no estoy en buenas manos y creo que lo que usted quiere es incomodarme.
Yo prefiero algo liviano, algo que no implique utilizar estos cubiertos y que combinen con el jugo de mora. (Le entrega la carta de menú al mesero y mira a Daniel, demostrando que sus actitudes no la intimidan)

—¿Le parece bien un pollo al mango?

—Si, perfecto, gracias.

—Con un huevo encima y mucho arroz por favor. (Nuevamente intenta incomodarla)

LOVE TO HATE MEWhere stories live. Discover now