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🐺Capitulo 11.🐺

Era de mañana y los imponentes gemelos Jeon avanzaban por los largos y silenciosos pasillos de La mansión, en busca de su padre. Querían respuestas y las obtendrían a como diera lugar, Jeon Daniel siempre se había mostrado renuente a conversar acerca de los negocios de la familia Park. Los gemelos intuían que detrás de aquella actitud reacia de su padre, había una historia por la cual, él se negaba a discutir acerca de los Park.

Sus pasos se detuvieron al llegar a la puerta de la oficina que ahora pertenecía a ellos, fueron guiados por el aroma de su padre y ahora estaban parados frente a la gran puerta de madera. Jungkook golpea suavemente con su mano para luego tomar el pomo de la puerta y entrar con su hermano, siguiéndole los pasos. La habitación era grande y pulcra, con estantes llenos de libros, un mini bar bien surtido con diferentes licores, un gran escritorio marrón y con dos grandes ventanas, que permiten que la luz ilumine la habitación. Detrás del elegante escritorio, se encontraba Daniel revisando unos documentos mientras bebía un líquido color dorado oscuro que reposaba en un vaso de cristal. Daniel levantó la mirada y al ver a sus dos hijos parados enfrente de él, levantó una ceja, intrigante.

-Buen día, muchachos. Estoy revisando un papeleo, no quiero dejarles problemas. - Explicó su estancia en el lugar.

-Padre, nos urge saber una información. Junghyun y yo, hemos llegado a una conclusión. - JungKook toma asiento en una de las sillas que se encontraba delante del escritorio, siendo seguido por su hermano. - No quieres hablar acerca de los Park, así que nos hemos visto en la necesidad de negociar.

El guapo hombre extrañado por la actitud de sus hijos, deja los documentos en el escritorio y dedica toda su atención a los pelinegros.

-¿Qué desean negociar? Y, ¿Qué información desean conocer? - Toma entre su mano el vaso y bebe un trago del dorado y amargo líquido. - Les he dicho que se mantengan alejados de la familia Park, ¿podrían por una vez, acatar mis ordenes por completo?

-Solo queremos saber, ¿Por qué los negocios y lazos con los Park, cortaron como si nunca hubieran sucedido? - Esta vez hablo Junghyun, con un tono de voz seguro y desafiante, dando a entender que no abandonarían la habitación sin respuestas.

-¿Por qué tanto interés? - Pregunto Daniel, un poco molesto por la actitud de sus hijos.

-¡Porque quiero al omega! - Respondieron desesperados los gemelos, al unísono.

Daniel se levanta de la silla rápidamente, golpeando la palma de sus manos en la mesa causando un gran estruendo - ¡Qué! No hablen al mismo tiempo, demonios, odio que hagan eso. -El Jeon mayor se sienta nuevamente, ahora más tranquilo y menos sorprendido. - Un momento. Por favor, no me digan que a los dos les gusta el mismo Park.

Jungkook y Junghyun dirigieron su mirada al otro, espantados por lo comentado por su padre. Los gemelos sacudieron su cabeza en negativa.

-No, viejo. Anhelo ver a Jimin y Hyun a Minying, pero para lograrlo requerimos de la información que te estamos solicitando, y podremos presentarnos en el imperio Park. - Termino de hablar Jungkook.

-¿Qué parte de que se alejen de la familia Park no entendieron? - Daniel bebe todo el contenido del vaso de cristal, frustrado.

-¿Qué parte de que estamos interesados en los gemelos no entiendes? - Le desafío Junghyung.

-¡Luna! No voy a discutir esto. - Se levanta de la silla decido a irse, con la intención de no conversar con los gemelos, pero no contó con la trampa que sus hijos estarían a punto de tenderle.

-Le diré a mamá que te reuniste con Adrien Dubois en Francia, pese a que le prometiste no hacerlo. - La malicia en la vos de Jungkook se podía reconocer.