Now, I can proudly say... he chose me

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Cuando regresó en enero a México para el regreso a clases, lo primero que hizo fue abastecerse en condones y lubricante. La mujer que le atendió en la farmacia ni siquiera pestañeó cuando vio a un menor de edad comprar tres cajas de condones y diez botellas de lubricante de diferentes sabores. Se sintió valiente cuando compró una edición especial de condones que brillaban en la oscuridad y unos que tenían sabor a café. Su amigo Santiago arqueó ambas cejas cuando vio la cantidad de lubricante y condones en su bolsa.

—Oye, cabrón, ¿por qué compraste tantos condones y lubricantes? ¿Tienes una orgía o qué pedo? —le preguntó Santiago en español. Casper sólo sonrió y se encogió de hombros.

—Me estoy preparando, Santi. Mi novio viene en unos días —le respondió. Santiago, un rubio de bonitos ojos color hazel, silbó.

—Eso es todo, niño. Disfrútalo —le guiñó el ojo, llevándolo directo al puesto donde vendían los mejores hot dogs.

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Damon llegó al apartamento una semana antes del cumpleaños de Casper, portando una enorme sonrisa y emocionado de ver a Cas. Su sonrisa se borró cuando escuchó gemidos proceder de la habitación del adolescente. Con el corazón bombeándole con fuerza, y esperando lo peor, Damon dio zancadas hacia la recámara y abrió de golpe la puerta. La imagen ante sus ojos le paralizó por completo en el sitio.

Centímetros enteros de deliciosa piel pálida se extendían por toda la cama, con una pequeña capa de sudor cubriéndole y haciéndola brillar un poquito. Casper tenía el cabello lila desordenado, sus pupilas estaban dilatadas y tenía la espalda contra el cabecero de la cama. Tenía su erección en la mano mientras se tocaba con lentitud, con la cabeza hacia atrás y exponiendo su cuello. Se veía absolutamente sensual, soltando gemiditos bajos y con el olor de su deseo golpeando las fosas nasales del vampiro.

—¡Cas! —gritó el moreno con la voz ronca.

Damon quiso gemir al ver que Cas le miraba con intenso deseo en el rostro y sin detener el movimiento de su mano. Todo lo contrario; al escuchar a Damon, sus movimientos se volvieron más rápidos, sus gemidos se tornaron más altos y su cara se contrajo de placer. A Damon se le secó la boca al ver el espectáculo que montaba el chico. Sintió su propio miembro palpitar dolorosamente contra sus jeans cuando vio a Casper llegar al orgasmo.

Un gemido involuntario se le escapó cuando el adolescente le dio una sonrisa lánguida y satisfecha, se veía pecaminoso y seductor. Sus ojos siguieron cada movimiento que hacía el otro al gatear por la cama hasta caminar hacia Damon y comenzar a acorralarlo contra la pared.

—Hola —balbuceó el chico, besando y lamiendo la garganta del otro, mordisqueando suavemente cada pedacito de piel que encontraran sus labios, y metiendo las manos debajo de la playera de su novio—. ¿Disfrutaste el espectáculo? —sus dedos traviesos acariciaron los pezones del otro, sacándole un jadeo.

—Cas, ¿qué haces? —el mayor intentó separarse sin éxito, pues el chico pegó todo su cuerpo, y con un movimiento delicado de su mano, la playera del vampiro se desvaneció en el aire.

—¿Te gusta mi nuevo truco? Magnus dice que a Alec le encanta —siguió diciendo contra la piel de Damon. Quien, para buena suerte de Cas, estaba medio perdido en la sensación de su piel contra la del chico, porque era la primera vez que llegaban tan lejos. Jamás habían pasado más allá de los besos, por lo que eran sensaciones nuevas para ambos.

—Dios, Cas... —años enteros de frustración sexual y celibato se resquebrajaron y Damon besó al chico, pasando su lengua por su labio inferior para darle un beso francés que dejó jadeando a ambos.

Teen Wolves [En Edición]Où les histoires vivent. Découvrez maintenant