Recuerda que está tu hija delante.

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#Mía

- Ese es el niño al que te referías, ¿cierto? - me pregunta Marcos mientras esperamos que el resto se sienten para comer. Asiento sin siquiera mirarle, ahora mismo lo único que me preocupaba era que Olivia no se viera afectada por nada de lo que estaba pasando a nuestro alrededor, y que Evan no se encontrase en brazos de alguien que no fueran sus abuelos o sus padres.

- Mami, ¿quién es esa? - pregunta Olivia a mi lado sin alzar la voz. Yo suspiro en cuanto me doy cuenta de que se refiere a Cloe, miro a Marcos, él también la ha escuchado. Pero una vez más, prefiero ser yo quien de las explicaciones en esta familia.

- Ya has conocido a tu tío Raúl, ¿verdad? - pregunto acariciándole el pelo bajo la atenta mirada de Marcos sobre nosotras.

- Pues es el hermano mayor de papá, y la mujer que está a su lado es su novia.

- ¿Ella también es mi tita mami?

Me quedo un poco en shock al escuchar a mi hija. Lo cierto era que sí, ahora Cloe sería la tía de mis hijos, y esa era una realidad que tenía que afrontar cuento antes. Sin embrago, no me agradaba nada la idea de tenerle cerca, cerca de mi, de mis hijos, de la familia de mi futuro marido, que ahora era la mía también...

- Sí Oli, ella sería como tu tita y el bebé tu primo. Mi madre nos lo ha explicado todo esta mañana - le explica Lili a su lado. Mi pequeña me mira a mi como para comprobar je lo que le ha dicho Lili, era cierto. Yo asiento. Y enseguida ambas niñas se ponen a hablar de sus cosas. Suspiro mientras me froto la cabeza con una mano.

- Nena.

Giro el cuello para ver a Marcos mirándome con preocupación. La verdad es que ahora mismo me dolía el cuello y los hombros de la tensión acumulada, estaba abatida y solo tenía ganas de llorar.

- Estoy bien - susurro antes de recobrar la compostura sobre mi asiento. No podía permitir que nadie de esta sala me viera así, mucho menos esa mujer.

Entonces Cloe y Raúl aparecen cogidos de la mano y se sientan a la mesa. Para mi desgracia, Raúl queda sentado a un extremo de la mesa, al lado de Marcos, y la despampanante Cloe, sentada frente a mi hombre. La sangre que quema, me arde, y no son celos, no siento ni la más mínima envidia por ella. Es miedo, miedo a que su presencia o su manera de comportarse, pueda intervenir en mi familia o en mi relación con Marcos.

- ¡Bueno, pues ya podemos empezar a comer! - anuncia mi suegra alegremente. Supongo que pretende calmar un poco el ambiente, ella conoce la historia entre Marcos y esa mujer de primera mano.

- ¡Qué buena pinta mamá! - interviene Raúl cuando le ponen el plato de pasta frente a él. Yo miro al mío, y luego miro a Olivia por si le va a gustar o no, y enseguida noto como Tomi y Lili miran con desconfianza a Raúl. ¿Cuándo iba a acabar este almuerzo?

- Ya veréis, sabe mejor de lo que parece - comenta Ramón llevándose un trozo de pasta a la boca. Yo me entretengo en ponerle a Olivia una servilleta a modo de babero para que no se manche el uniforme del colegio, cuando una frase me interrumpe en el acto.

- Bueno, y Mía, cuéntanos. ¿Cómo es aguantar al insoportable de mi hermano día tras día? - suelta Raúl entre carcajadas mientras bebe de su copa de vino. Pero nadie se ríe, ¿porqué piensa que llamar insoportable al hombre de mi vida me iba a hacer gracia?

- Bien, muy bien. Marcos es muy buen padre, supongo que eso es lo que lo hace fácil - respondo intentando no ser borde con él, ni profundizar excesivamente en el tema delante de Cloe.

- Sí, ya me ha contado mi madre lo mucho que os queréis y la de cosas que habéis pasado. Bueno, por lo menos algunas de ellas - dice codeando a Marcos mientras le guiña un ojo, pero este solo se limita hacer una mueca con la boca y asentir con la cabeza.

A partir de ahí, la cosa parece suavizarse. Ramón y Eva no paran de preguntar acerca del trabajo, de Marcos, del colegio de Olivia, los niños también interceden... lo único que me tiene con los nervios a flor de piel es el hecho de que tanto Marcos como Cloe se han mantenido callados durante toda la ceremonia, casi ausentes. Y lo peor de todo es que a ella la he pillado dos veces mirando a mi hombre, y a él lanzando alguna que otra mirada a ese niño. Quiero vomitar.

- Eres muy inteligente Olivia, estoy seguro de que serás alguien muy importante en el futuro- escucho decir a Raúl, haciéndome dejar mis pensamientos aparte para poner toda mi atención en ellos dos. Y me doy cuenta de que Olivia sonríe feliz ante el orgullo que parece demostrar su nuevo tío. Eva también los mira con adoración, supongo que esto es lo que lleva esperando durante años y años.

- ¿Y tú hijo? ¿Qué hay de tu hijo?  - pregunta Marcos interviniendo sin previo aviso, dejándonos a todos con la boca abierta. Y para colmo, el tono que utiliza para dirigirse a su hermano es tan despectivo, que me veo obligada a tocarle la pierna por debajo de la mesa con la esperanza de que me mire y se dé cuenta de que la forma en la que se está comportando no es la correcta.

- Mi hijo se llama David. Por lo que me ha dicho mamá, tiene dos meses más que Evan. ¿Eso es lo que quieres saber?  - Ahora Raúl también está a la defensiva. Y lo entendía, cuando se trataba de un hijo cualquier cosa dolía.

- Marcos, ni se te ocurra -susurro en su oído. Eva me mira suplicándome con la mirada que calme la situación porque sabe que su hijo está a punto de reventar en cualquier momento. Pero lo cierto es que mi papel sobre el momento, deja de tener validez en el mismo instante en que Marcos vuelve a hablar.

- Solo quería saber cómo eras tú cómo padre, no te visualizo ejerciendo como tal - pronuncia mi hombre con autoridad.

- ¿A qué viene eso?

- Marcos - susurro regañándole cuando veo cómo los tres niños observan atentos la conversación. Esta vez están delante.

- ¿A qué viene eso Marcos? - repite Raúl ahora algo cabreado.

- Marcos, recuerda que está tu hija delante - susurro enfadada yo también.

Él se gira, me mira. Mira a nuestra hija y a sus hermanos a mi costado, y vuelve a mirarme a mi. Me analiza. Mira nuevamente al niño que se encuentra en brazos de Cloe, y devuelve la mirada a su hermano.

- Nada, no viene a nada. Vamos a comer.

TUYA (III)Where stories live. Discover now