Trato hecho.

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#Mía
Me había divertido mucho con la llamada, me había divertido con lo que había provocado en mi, con como se había quedado mi hombre al teléfono. Estaba totalmente segura de que se había quedado igual o incluso con más ganas que yo.

- No quiero mamá, no me gusta esto - me dice Olivia de lo más asqueada mientras se tapa la boca con las manos haciéndome suspirar en busca de paz. Esto estaba siendo mucho más complicado de lo que esperaba. ¿Cómo hacían el resto de madres del mundo para lograr que sus hijos comiesen de todo?

- Olivia, no te lo voy a repetir más. Tienes que comer verduras, es la cuarta vez que lo intentamos - le digo en el mejor todo posible y sin querer presionarla. Carmen había probado a cocinarlas en sopas, con pollo, salteadas, hechas al horno...

- ¡Que no quiero verduras! - chilla Olivia antes de pagar un golpe a la cuchara que sostiene en la mano y tirar toda su cena por ahí.

- ¡Olivia! - contesto de lo más frustrada. Ella nunca se había comportado así.

- ¿Qué es esto? ¿Qué está pasando aquí?- pregunta Marcos desde la puerta de la cocina mirándonos a ambas de arriba abajo, a mí también me ha salpicado la crema de verduras.

Olivia le mira con los ojos llorosos, el pijama manchado por todas partes y el labio inferior temblándole. Sé lo mucho que le duele cuando su padre le regaña, pero necesito hacerle entrar en razón con el tema de las verduras.

-¿Mía? - vuelve a preguntar mi hombre en busca de una respuesta, sabe que Olivia no va a ser capaz de hablar.

- Tú hija no quiere comer verduras.

Eso es todo lo que digo antes de ponerme en pie para ir en busca de un trapo con el que limpiar todo el desastre. Me entretengo demás mientras lavo mis manos para escuchar la conversación que ambos tienen tras de mí.

- ¿Esto lo has hecho tú Olivia? ¿Has tirado toda tu cena porque no te quieres comer las verduras? ¿Le has gritado a tu madre por eso? ¿Esa es la educación que te estamos dando? - pregunta Marcos de lo más regio sin apartar la mirada de los ojos de nuestra hija, quien parece que va a explotar en llanto en cualquier momento. El corazón se me encoge desde mi sitio cuando veo a Olivia tragar, no se atreve a hablar.

- Marcos... - intervengo poniéndole freno al asunto. Solo tiene cinco años, no es uno de sus empleados para hablarle así. Aunque esté de lo más sexy con ese tono y vestido de chaqueta, claro.

- No - contesta tajantemente sin dejar de mirar a Olivia- ¿Hay más crema de verduras?

- Sí - susurro mientras comienzo a servir el plato que me iba a comer yo en un cuenco para ella. Me haré yo otra cosa.

- Ve a cambiarte y baja a cenar, Olivia.

- Papi - pero Marcos la corta de inmediato. Ambos sabemos que si la escucha hablar un poco más de lo debido, caerá rendido a lo que ella le pida.

- Ve y ponte otro pijama, que te ayude Carmen a ducharte. Después bajas a cenar con nosotros, y te vas a comer las verduras.

- ¡No quiero verduras! - me giro sorprendida hacia ellos. Era la primera vez que mi hija se atrevía a gritarle a su padre. Miro a Marcos a la espera de que no se pase con ella, no le está gustando un pelo lo que está viendo.

- Uno. No vuelvas a levantarme la voz, y a tu madre mucho menos. Dos. Obedece y haz lo que te estoy pidiendo. Tres. Te doy un minuto para que te disculpes con tu madre y le ayudes a recoger lo que has ensuciado. No pienso tolerarte ni un solo berrinche más.

PUM. El tono, la posición del cuerpo, la mirada, las vibraciones... las palabras de Marcos hacia ella. Olivia está llorando a mares, y yo me debato entre interceder como la madre preocupada que soy, o dejar que por una vez alguien la frene.

- Lo siento mami - susurra entre lágrimas cuando llega hasta mí con el plato en la mano. Yo sé lo quito de las manos para meterlo en el fregadero y me giro hacia ella.

- Ve y que te ayude a ducharte Carmen, venga.

Ella no se lo piensa dos veces y sale corriendo de la cocina como alma que lleva al viento. Y la entiendo, yo tampoco querría más regaños por parte de mi padre a su edad. Así que cojo el trapo y comienzo a limpiarlo todo mientras Marcos se sirve su propia cena en un plato y me sirve a mí también.

- Si tienes que regañarla, hazlo - dice aún de espaldas a mi.

- Solo tiene cinco años - contesto rodando los ojos ahora que no puede verme.

- No vuelvas a rodarme los ojos. Si dejamos que nos grite con cinco años, no quiero pensar lo que hará con quince.

- No es esa clase de niña ni va a serlo Marcos...

Era cierto. Este era el primer berrinche de verdad que había tenido nuestra hija en toda su vida. A esa edad los niños lloran, chillan o patalean incluso cuando no quieren bañarse. Nuestra hija no era así, yo me había encargado de eso durante mucho tiempo.

- Tengo una notica que darte - anuncia cuando deja el plato frente a mí sin apartar sus ojos de mi rostro. Seguro que estoy horrible y tengo crema en el pelo.

- Esperó que sea buena.

- Quiero que trabajes para mí - suelta como si nada- Bueno, más bien conmigo.

- ¿Qué? - pregunto sin poder creérmelo. ¿Yo para él? ¿Para su empresa? ¿Para sus miles de hoteles?

- Sí. Sé que tienes muchas ganas de volver a trabajar y que todavía es muy pronto para ello, por lo que he pensado que como la gran decoradora de interiores que eres, podrías encargarte de algunas de las reformas que debemos de hacer en el hotel de Nueva York, en el de Dubái... - lo corto.

- Estás loco - susurro negando con la cabeza sin dar crédito a lo que oigo. Sabía que era buena en mi trabajo, pero los hoteles de mi marido estaban muy por encima de lo que había hecho hasta ahora.

- He leído tus recomendaciones, las opiniones de antiguos clientes tuyos, he visto algunos de tus trabajos, me encanta lo que has hecho con nuestra casa... eres todo lo que la empresa necesita, lo que yo necesito - me dice dándole un sorbo a su bebida.

- Quieres que trabajemos mano a mano.

- Hasta que tú misma te artes. Y sobre ti no habrá ningún jefe, excepto yo.

- Osea que todo lo tengo que consultar contigo.

- Eso es, preciosa - responde con una pequeña sonrisa en los labios. Creo que quiero comérmelo a besos.

- Trato hecho - respondo extendiéndole mi mano, la cual no tarda en coger.

- Trató hecho.

TUYA (III)Where stories live. Discover now