3. Comencemos de cero

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JENNA

Después de llegar ayer en la tarde a casa, el resto del día me lo pasé adelantando algunas tareas y planes para mis próximas evaluaciones. Mamá llegó casi a las siete de la noche junto a Johnny. Ella de seguro lo dejó en casa de su amigo Camil y se fue a su trabajo.

Mamá no había parado de trabajar desde que papá se fue a otro estado por su puesto como director ejecutivo de una empresa de viajes.

A pesar de lo bien que nos iba económicamente gracias a ello, su ausencia ha sido notable en casa. La verdad, es que lo extrañaba, lo extrañaba y mucho. Pero lo bueno era  que sólo faltaban menos de 2 meses para verlo y eso me emocionaba. Por ello, no iba a permitir que nada de mi felicidad se desvaneciera, a pesar de que mi primer día en el instituto me haya sido una completa tortura.

Eran las siete y veintitrés del día martes. Mi segundo día de clases.

"Hoy es otro día, hoy será mejor."

Mi cerebro trató de reconfortarme. Me levanté del sillón y busqué mi teléfono a ver la hora por enésima vez.

—¡Mamá vas a llevarme al instituto sí o no! —chillé hacia la cocina donde estaba ella junto a Johnny.

—¡Allá vamos! —gritó ella acercándose—. Parece que alguien se levantó de buen humor hoy.Antes de que pudiera responderle Johnny intervino.

—Ella nunca se levanta del lado adecuado de la cama mamá, simplemente está emocionada porque según sé, hoy son las pruebas del equipo de fútbol y ella junto con sus amigas van a ver a los muchachos sin camisa como todas unas pervertidas. —aclaró mientras me miraba entrecerrando sus ojos con una sonrisa maliciosa.

"¡Ese pequeño idiota!"

—¡Cállate, mentiroso! —chillé cuando sentí el color subir a mis mejillas—. Eso no es cierto, yo voy a mi prueba de atletismo y a excepción de tí, yo no espío a Lauren Clark como un acosador en las sombras. —En ese momento le callé su pequeña boca venenosa.

El color de su cara se desvaneció. Parecía sorprendido, sin embargo, su rostro se tornó rápidamente en uno de enojo y vergüenza.

—¿AH, SÍ? Pues tú eres... —empezó a decir pero mamá se interpuso entre ambos.

—¡Suficiente! Es muy temprano para que empiecen con esto ¡Suban al auto ahora! —Y con ese sermón de mamá nos dirigimos al auto para ir al colegio.

"Gran comienzo, Jenna"

Dijo mi subconsciente con sarcasmo.

Bueno, tal vez esra sólo sea un mal comienzo. Todo se irá arreglando en el transcurso del día ¿Verdad? ¿VERDAD?

Ya en el aula no podía evitar sentirme nerviosa. El hecho de fallar en mi prueba me aterraba y el hecho de que todo el mundo siguiera como si nada y yo muriera por dentro no ayudaba en lo absoluto.

Sin embargo, ¡Al fin! Ya era hora del almuerzo, el cual decidí pasarlo sola en la biblioteca para no tener que ponerme incómoda al ver a ese chico Liam.

Todo esto era culpa suya, de no ser el puto centro de atención el primer día, yo estaría sentada con mis amigos mientras me dan ánimos. Pero como la vida no es justa, yo me dirigía a la biblioteca a comer y escuchar música en ese frío piso. Tenía unas ganas inmensas de matarlo.

Al entrar a la biblioteca el aire acondicionado me recibió inmediatamente haciéndome sentir escalofríos. Me quedé contemplando el solitario lugar. Sus estantes, sus libros, las innumerables sillas y mesas de madera que por alguna razón me daban una sensación de paz y calidez.

A través de tu mirada.©Where stories live. Discover now