"Vivir también duele"

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—Tomaste mi libreta.

Lena se sobresalto cuando la figura rubia y ojiazul de Kara Danvers estaba de pronto en la entrada de su oficina en LCorp.
Se obligó a parpadear varías veces a causa de la figura frente a ella. Luego su mente trato de racionalizar cómo llego hasta ahí. Realmente era una visita que nunca hubiera esperado, no en estos días. No sin anunciarse.
Lena tenía un estricto control de seguridad en la entrada del edificio de LCorp, aunque dudaba que Kara lo hubiera usado. Era como si hubiera salido de la nada. Nadie entraba sin ser anunciado. Hasta hoy.

Se sentó un poco más erguida en su escritorio. Por un momento olvidó el desasosiego que la persiguió las últimas semanas a causa de esta hermosa ojiazul. Su piel algo pálida, su tez un poco hundida y su mirada desafiante, la obligaban a responder de una forma u otra a una frase que no era una pregunta. La rubia se cruzó de brazos avanzando un poco dentro de la oficina de Lena.

—Bueno —Lena se paso una mano por su peinado impecable — realmente es gracioso que está sea la primera vez que alguien me acusa de tomar algo. Ciertamente no esperaba eso de ti. —Kara la miro intrigada. Sus ojos azules ahora estaban opacos pero no dejaban de mirarla.

—Bueno, no podría ser un préstamo porque no recuerdo me hayas hecho esa sugerencia, tal vez si lo hubieras hecho podría haber dado mi consentimiento. —Kara señalaba la libreta que estaba junto al monitor del escritorio de Lena. La ceja arqueada de la rubia hacia constar lo evidente. —¿Quieres más pruebas?

Ladrón. Esa palabra se filtro por sus poros. Ciertamente cuando tomo esa libreta así se sintió al principio. Cómo un ladrón. Poco tiempo había pasado para que esa idea se desvaneciera. Pero aquí estaba la rubia, como la primera vez, plantandole cara. Respiro profundamente y paso su mano derecha sobre la portada del objeto codiciado, como para sentir que era real. Como para sentir su existencia.

—No fué premeditado, creeme. Está libreta es tan valiosa que cuando la ví, quise protegerla, tal vez salvarla. No sé si yo sea la persona correcta para tenerla, pero tuve miedo al pensar en manos de quién podría terminar. Discúlpame si sueno egoísta —Miro a Kara fijamente y trago saliva —por lo demás, tú ya no puedes cumplir esos deseos. —Lena cerro los ojos momentáneamente con aflicción — Tú ya estás muerta.

Kara le obsequio una sonrisa tenue mientras ladeaba su cabeza en comprensión. Lena no quería ser cruel pero la simple información de la verdad aún era dolorosa y necesaria en este momento para defender sus argumentos.

—Tienes razón, Lena. —Kara miro su libreta con nostalgia. —Yo ya no puedo cumplir esos deseos.

Un golpe en la puerta de su oficina la hizo agitarse en su silla nuevamente.

—Lo siento Señorita Luthor, pero llevo más de 10 minutos tratando de hablar con usted por el intercomunicador y no contestaba.¿Está usted bien? —Lena se estiro un poco. Al parecer se había quedado algunos momentos dormida. Jess, su secretaria, la miraba con preocupación.

—Si, Jess. Todo está bien. Solo estoy un poco cansada, ya sabes, juntas, cenas familiares, presupuestos para la construcción de los nuevos hospitales por los donativos a la Fundación Luthor me ha quitado un poco el sueño. —Jess la miro con aflicción. En las últimas semanas, su jefa se había pasado el tiempo verificando personalmente con todas las áreas involucradas la fecha de inicio de la construcción de los nuevos hospitales y otras construcciones. Ese tipo de trabajo provenía de la fundación y era algo que usualmente supervisaba la matriarca de los Luthor, pero por alguna extraña razón, su jefa se había comprometido en cuerpo y alma a estos proyectos también. Lo cual, aparentemente, la estaban afectando anímicamente.

—Los encargados de las patentes y los jefes de sección de los laboratorios ya la esperan en la sala de conferencias. Si está usted indispuesta, podría cambiar su horario para más tarde u otro día. —Lena suspiro, realmente no estaba de humor para juntas, pero eran cosas que necesitaba hacer lo antes posible.

—Ire en 10 minutos, Jess. Consígueme un café y un advil por favor. Un dolor de cabeza  me está comenzando. —Lena se tocó la nuca.

—De inmediato, Señorita Luthor.

Lena se levantó de su silla y comenzó a pasear dentro de su oficina. Ciertamente no esperaba experimentar en su vida el dolor de la perdida, por lo menos no tan pronto. La visión de Kara lo había hecho más tangible. Se preguntaba si algún día lograría volver a ser inmune frente a los sentimientos y requerimientos de otros seres humanos.

Jess entro con su café y su pastilla interrumpiendo sus pensamientos. Los entrego y de inmediato se retiró. Lena ingirió la pastilla apresuradamente. Se preguntó si había posibilidades de que su gente creará algún medicamento que hiciera que el corazón y el alma se restauraran.  Bebió un poco de café, eso era lo más parecido a reactivar el cerebro, pensó.
Se colocó su saco, alisando arrugas inexistentes. Suspirando, tomo su laptop del escritorio y se alejo rumbo a la salida . Cuando su mano tomo la perilla de la puerta abierta, se giró y miro la libreta sobre su escritorio. Ciertamente se preguntaba si era posible que uno pudiera marchitarse lentamente de adentro hacía afuera.
Salió de su oficina cerrando la puerta.

Continuará....

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Lo sé, me odie también con este capítulo 😓

Pero...ya vienen otros capítulos más para que no se queden con la tristeza 😊

Gracias por leerme ❤️

"Escribe un deseo para siempre"Where stories live. Discover now