Entre tus Manos © [Terminada]

Capítulo 41 [Editado]

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Pov Fabrizio

Contemplaba la ciudad desde el ventanal del apartamento de Carlo, me había estado quedando en su casa desde hacía un tiempo, respiré hondo sintiendo una sensación de ardor en mi pecho, hacía casi un mes desde que ella se fue de mi lado, no, más bien, desde que yo la eché de mi lado.

Extrañaba todo de ella, su aroma, su hermosa sonrisa que alegraba mi pecho, sus ojos llenos de alegría, sus enfados, sus caricias, sus besos, todo, ahora solo me quedaban los recuerdos, y un enorme vacío en mi pecho.

— Pensando en Daniela—comentó Carlo dándome una palada en la espalda colocándose a mi lado

— No—dije de forma seca

— Ya... Tu mirada llena de melancolía, arrepentimiento, y dolor dice lo contrario—manifestó, suspiré quedándome callado— ¿Hasta cuándo seguirás así?—

— ¿Así cómo?—cuestioné sin mirarle

— Deprimido, pareces un alma en pena que vaga por mi casa—

— Si quieres me voy a un hotel—dije dándome la vuelta, me sujetó del brazo evitando que me fuese

— No lo digo por eso maldito imbécil, por mí puedes quedarte el tiempo que quieras, pero, ¿hasta cuándo alargaras esta situación?—volvió a preguntar, me quedé en silencio mirando un punto fijo en la pared, me soltó mientras resoplaba— Admite de una vez que la más y la extrañas—negué con la cabeza

— No puedo—susurré

— ¡¿Por qué diablos no?! ¡Maldita sea Fabrizio!, Te enamoraste de Daniela Moretti el mismo día que entró por la puerta de tu despacho—volví a negar, me agarró con fuerza de los hombros haciendo que lo mirase— ¿Entonces por qué me hiciste redactar el contrato un año antes de proponérselo?, ¿Por qué cuando lo redactaba, me hiciste poner su nombre?—

— Ella era perfecta para el papel de—

— ¡Ya basta de esa basura!—gritó interrumpiéndome, me soltó bruscamente, se revolvió el cabello— Admite, vamos admítelo de una vez, ¡Admítelo!—

— ¡Si, la amo, la amo con todo mi ser!—exclamé sitiando un gran peso abandonar mi cuerpo, caminé hacia el sofá desplomándome en él, saqueé mi móvil desbloqueando la pantalla, de inmediato se pudo ver una foto de Daniela

— Al fin... Solo necesitabas un empujón—comentó riendo, suspiré dejando mi móvil encima de la mesa apartando la mirada

— No quiero sufrir otra vez... Sara casi acaba conmigo—

— Ella no es Sara, Daniela te ama de forma sincera y la vas a perder del todo—se sentó a mi lado colocando una mano en mi hombro

— Quizás sea lo mejor... Ella merece alguien mejor que yo, alguien que no le haga daño, no se me da bien demostrar mis sentimientos—volví mi vista a la fotografía, sonreí con amargura, quería llorar, gritar, romper todo a mi alrededor

— Esa decisión le corresponde a ella, no a ti, tú solo debes dar lo mejor de ti mismo, si ella te ama, te querrá con tus defectos... Como ya hace por cierto—comentó, negué con la cabeza

— Ella ya no me ama, tampoco puedo culparla, no con lo que cree que pasó—dije dándole la vuelta al móvil, ver su foto me estaba poniendo mal

— ¿Qué pasó?, ¿Que eres un capullo que se deja llevar por el miedo?, ¿Qué te asustaste al descubrir tus sentimientos cuando ella confeso los suyo propios?, nadie puede juzgarte por tener miedo, el amor aterra...—

— Puede que tengas razón, pero, si pueden por la mentira, el hacerle daño—señalé ante sus palabras

— Si... Por eso si, ¡¿Por qué eres tan idiota?!—cuestionó dándome un golpe en el hombro