Capítulo 50 [Editado]

25K 1.2K 166
                                    

Había pasado toda la noche en vela pensando los pros y los contras sobre hacer caso a uno o a otro, y la verdad no llegué a ninguna conclusión, resoplé rellenándome la taza de café, volví al sofá sentándome en este contemplando el techo.

— No me digas que te has pasado toda la noche pensando si perdonarle o no—comentó Julia, sonreí con amargura mirándola

— Culpable—ella suspiró negando con la cabeza

— No puedes macharte de esta manera, no puedes tomar una decisión a la ligera, porque puede, que después te arrepientas—

— Lo sé, ¿pero a quién escucho?, ¿cabeza o corazón?—cuestioné levantándome acercándome a la barra

— Pues... Tú siempre me dices que siga mi instinto, que escuche a mi corazón—dijo apoyándose en la encimera— Así que te diré lo mismo, hazle caso a tu corazón—me guiñó un ojo sonriéndome

— A veces te odio—me quejé resoplando haciéndola reír

— Yo también te quiero—reí negando con la cabeza, mi móvil empezó a sonar— Parece que él escuchó a su corazón—comentó dándomelo, rápidamente lo agarré viendo su nombre en pantalla, respiré hondo contestando

Hola

Hola...–contestó, ambos quedamos en un silencio algo incómodo— Perdón por molestarte de nuevo, pero necesito que vengas, tenemos que hablar de algo importante

Sí, claro yo iba a ir a verte, también quiero hablar—dije, escuché silencio por su parte

Perfecto, enviaré a Nestore por ti—sin más colgó, miré el móvil un tanto descolocada, su actitud a pesar de ser suave, había sido bastante fría y cortante

— ¿Qué quería? —

— Que nos viéramos—comenté sentándome en una silla sin dejar de mirar el móvil

— ¿Por qué te ves tan consternada?—cuestionó haciendo que la mirase

— Es que... Parecía distante, frío, no sé...—

— Tú le pediste que se fuera, quizás esta visita, no sea para tratar de conseguir tu perdón—dijo seria, la miré algo angustiada, me dedicó una triste sonrisa— Lo mejor que puedes hacer, es ir a averiguar que quiere—asentí poniéndome en pie yendo hacia mi habitación para darme una ducha rápida y cambiarme.

Durante el trayecto hacia la casa, intentaba formular muchas formas de decirle que lo perdonaba, pero ninguna me convencía, no me parecían adecuadas o sentía que carecían de sentimientos, quizás sentía eso, porque está realmente nerviosa, porque no sabía de qué quería hablar él.

— Hemos llegado señora—dijo Nestore abriendo la puerta sacándome de mis pensamientos, miré sorprendida a mi alrededor, el trayecto se me había hecho tan corto

Asentí bajando del coche, fui recibida por un eufórico Zeus que casi me tira al suelo, pero gracias a Nestore no sucedió, lo acaricie durante un buen rato, hasta que decidí entrar en la casa, él iba a guiarme hasta el despacho, pero le dije que no hacía falta, inclinó levemente la cabeza marchándose, miraba el pasillo nerviosa, me parecía bastante largo, respiré hondo empezando a andar hacia allí sintiendo como mis piernas se iban volviendo gelatina, me detuve delante de la puerta corredera contemplándola con cierto miedo.

Respiré hondo abriendo la puerta, mis ojos fueron directamente al escritorio donde se encontraba sentado con unos papeles delante, levantó la cabeza mirándome fijamente con esos preciosos ojos que me hacían derretir

— Hola...— saludé con un intento de sonrisa, el cabeceo, suspiré entrando del todo cerrando las puertas, me acerqué hasta el escritorio— Fabrizio, yo quería decirte que—

Entre tus Manos © [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora