Los sueños que nos conectan

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En  industrias Grant, saludando a todos en el camino a la oficina. Las señoritas suspiraban mirándolo en su camisa azul ceñida a su torso, mientras él era inocente de los pensamientos impuros.

Steve abrió la puerta—Jarvis, tengo que hablar- Oh, ¿interrumpo algo?-Se detuvo al ver a Jarvis y a Peggy demasiado cerca, cómo si estuvieran a punto de... ¿besarse?

Ambos soltaron una tos falsa, intentando salvar el momento. Peggy sonrojada salió de la oficina saludando rápidamente a Steve. Él entró y se sentó al frente del escritorio mirando a Jarvis, quien estaba un poco ido.

—¿Jar? ¿quieres contarme algo?

Él le miró —¿Yo? Uh, nada.

Steve alzó una ceja, con obvia duda—¿Enserio?

Jar se sentó detrás del escritorio—Yo... estuve a punto de declararme...

Steve sonrió—Oh, Jar, eso es maravilloso. ¿Así que Peggy, eh?

—Nos conocemos hace mucho, y sólo ahora tuve el valor... de insinuarlo. ¿Cree que yo le agrade para eso?

—Vamos, lo que acabo de ver me lo deja en claro. Peggy te gusta, y al parecer tú a ella, estoy seguro de que todo acabará bien para ustedes.

Jarvis le dio una leve sonrisa—¿Y de qué quería hablar, señor?—Cambió el tema.

Steve cambió su gesto a uno triste— Es Tony... Desde hace unas semanas que no hablamos, no responde mis llamadas, ni mis mensajes de voz. Ayer fui a su apartamento y no estaba. ¿Crees que estoy siendo un acosador?—Steve recostó sus brazos sobre el mueble  —La última vez que estuvimos juntos, él era muy distante y no me hablaba casi, sus sonrisas eran más limitadas-Steve tuvo una sonrisa fugaz- Pero me besó. Y no sé porqué pero sentí cómo si se estuviese despidiendo de mí todo el tiempo. Jarvis, de verdad me preocupa que no esté bien. ¿Y si le pasó algo y yo no lo sé? ¿y si se cansó de mí? Jarvis, no tengo idea de qué haré. Y-yo... estoy enamorado de Tony,  quiero declararme, quiero pedirle que sea mi novio formalmente.

Jarvis le sonrió comprensivo—Calma, de seguro hay una buena explicación para todo esto. Señor, tal vez Tony se comunique pronto. La paciencia es una virtud que siempre es apreciada—Jarvis se levantó y procedió a darle un masaje de hombros.

—Sí, tal vez hablemos pronto. Le daré su espacio.

—Ah, por cierto. Debe asistir a una gala de mañana en la noche, y no hay pero o excusa que valga.

Steve suspiró —Lo sabía, siempre me das un masaje cuando vas a hablarme de trabajo. Tu y Peggy me manipulan-Bromeó.
...

Al llegar a casa, se quitó la camisa y se tiró en su cama. Estaba cansado, había ayudado en el área de maquinas hoy, a Steve le gustaba ayudar en su propia empresa y no sólo tratar el papeleo. Cuando no se había anunciado todavía como el verdadero dueño de Industrias Grant, todos pensaban que era de verdad un trabajador como cualquiera. Y así era para él, era una persona normal como todos.

No pudo evitar quedarse dormido en la comodidad de su cama.

Unas dulces risas infantiles se escuchaban a lo lejos. Steve estaba despertando apenas y cuando abrió los ojos, había un cuerpo a su lado. Cabellos castaños, sobresalen.

—No me voy a levantar, no me molesten—Gruñó malhumorado una voz que el conocía perfectamente.

Steve no sabía que pasaba, de pronto, unos niños entraron en la habitación. Dos eran idénticos a Tony, y había otro de cabellos rubios y ojos azules.

Los primeros se montaron encima del cuerpo a su lado y lo abrazaban—¡Papi, despierta! ¡Es nuestro cumpleaños!

El pequeño bebé rubio, Steve le calculaba como cuatro años. Escaló para subirse a la cama, y se sentó en sus piernas sin decir nada. Steve seguía mirando a los otros dos niños que seguían intentando despertar a alguien.

—¡Bien! Ya voy, ya voy—Las sábanas resbalaron y descubrió a un recién levantado Tony, que tenía cara de pocos amigos —Vengan aquí, enanos. Los voy a castigar con cosquillas—Atrapó a los dos castaños, para hacerlos reír a carcajadas. Pronto, Tony los soltó y les pidió que fueran a cepillarse a lo que los pequeños obedecieron.

Tony se volvió a él y miró al bebé sentado en sus piernas—Oh, bebé. ¿Tienes hambre? Haré algo para ti ahora—Le acarició la mejilla y luego, lo miró a él. Steve estaba congelado, Tony se veía precioso y algo cansado—Buenos días, Steve. ¿Un beso de buenos días?—Tony se acercó a él y le besó, Steve no pudo evitar corresponder a pesar de la conmoción.

—Oye tranquilo, te daré tu regalo mas tarde. Ahora hay que levantarnos e ir a bañar a nuestro bebé—Tony le dio otro beso en la mejilla, tomó al niño rubio en sus brazos y fue con él a la puerta —¿Steve? ¿No vienes? ¿Steve?

De pronto, la voz de Tony se hacía lejana.

Steve despertó, y miró a su alrededor. Buscando algo. Sintió decepción, un vacío.

"No están aquí, sólo fue un sueño"

Pero se había sentido tan real, esos dos niños como Tony. Ese bebé rubio parecido a él.

¿Cuáles serían sus nombres? ¿qué edad tenían? ¿Tony y él eran esposos?

Steve sonrió y se hundió en su cama, sintiendo una felicidad inexplicable. Después no pudo evitar dejarle un buzón de voz a Tony.

"Hola Tony. Soy Steve. Puede que esté siendo asfixiante, pero quiero contarte algo y no sé si sea atrevido. Tuve un sueño, Si-risas- Yo desperté y tu estabas durmiendo a mi lado. Un rato después, tres niños entraban a nuestra habitación para despertarte. Dos eran iguales a ti, y parecían ser los mayores. Había un bebé, él era algo parecido a mí, más pequeño, él se sentó en mis piernas y se quedó mirándome en silencio. Tony, yo... espero que estés bien, sólo quería contarte. Sabes que estaré ahí si quieres hablar. Bueno, adiós".

Se acostó, intentando quedarse dormido de nuevo, intentando volver a tener ese hermoso sueño.

...

Tony llegó dos días después de lo de la discoteca a su casa. Mañana tendría que asistir a una gala importante con Strange y hoy quería sólo acostarse en su propia cama y dormir mucho.

El teléfono brillaba, haciéndole saber que tenía un buzón de voz. Tony pinchó, tal vez sería importante.

Era un mensaje de Steve. Era muy dulce, como todo él.

"¿Hijos? ¿Se parecen a mí y otro a Steve? "

Tony se acostó en su cama, escuchó el mensaje varias veces. Escuchar la voz de Steve, y su sueño sobre ellos fue muy lindo. No dejó de poner el mensaje una y otra vez hasta que se quedó dormido.

En sus sueños, escuchó unas risas de niños pero no vio nada. Sólo escuchaba risas muy tiernas y también escuchó a Steve diciéndole"te quiero"

—Te quiero.

...

¡Hola! Bueno, ya basta de ser lindos ahora viene la lloradera. ¿Preparados?

Nos acercamos al final también. Pronto acabamos.

¿Cómo casarse con un millonario?Where stories live. Discover now