La Gala

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Stephen fue a las cuatro para recoger a Tony de su casa, para llevarlo a la mansión y que lo prepararan. Quería que se viera hermoso.

Mientras arreglaban sus uñas, Tony estaba a millones años luz de aquí en su mente. Pensaba en el mensaje de Steve.

"Nuestros hijos se nos parecen"

Tony sonrió, en este momento estaba algo feliz por ese sueño. Pero con rapidez lo destruyó en su mente.

"Recuerda quién eres, y qué quieres. Tony Stark"

No era el momento.

...

Peggy acomodaba con cariño la corbata de Steve.

—No quiero ir. No me gustan las galas.

Peggy rió.

—A Fury tampoco le gustaban. Cuando iba, separaba a las personas como Moisés con el agua. Ponía su peor cara, y su carácter más repulsivo—Recordó con nostalgia. Steve suspiró.

—Me hubiese gustado que me acompañara.

—Te hubiera enseñado a ser un ermitaño de mal humor.

Jarvis entró—Son las cinco y media, el chófer está esperando por nosotros —Anunció con mas seriedad que nunca. Steve intuía que se debe a la incomodidad con Peggy, o mejor dicho, evitaba avergonzarse.

Steve fingió una cara de dolor—Bien, ya vamos.

Todos bajaron hacia la salida para encontrar al chófer, que les abría la puerta para que entraran a los asientos traseros.

—Correcto. A la guerra.

...

—Estás hermoso—Stephen beso el dorso de su mano.

Tony sonrió —Y tu no estás nada mal–Tony se colgó de su brazo—Entonces, ¿por qué es una gala tan importante?—Preguntó para hacer más corto el camino. Mientras iban en la limusina.

Stephen sonrió —Verás, es una gala benéfica, pero también habrá incluidas subastas, y financiamiento de inventos. Cómo te digo-Strange buscaba las palabras correctas- Será un de todo. Estas galas son muy importantes, productivas, ya sabes. También a conoces a otros empresarios o todo tipo de gente con la cual negociar, y llegar a un acuerdo en donde nos beneficiemos ambas partes.

Tony interrumpió —¿Qué no hacen eso en todas partes?

Él rió—Sí, tienes razón. Pero esta es una pecera más grande para incluir a todo el océano. Hay mas oportunidades para otra gente, y para nosotros también.

Tony asintió—Claro.

...

Steve, Jarvis y Peggy llegaban a la gala. Y apenas abrieron la puerta del auto. Los flashes inundaron su campo visual. Había muchos reporteros y Steve no pudo evitar ser atacado por ellos para responder un par de preguntas sobre el futuro de Industrias Grant.  Peggy y Jarvis, pasaron tranquilamente al establecimiento, dejando al pobre Steve ser llenado de encuestas, pues sólo así aprendería del negocio.

—Este lugar está tan ruidoso y lleno como cada año, espero que salgamos pronto de aquí —Mencionó Jarvis, tomando unas copas de champagne a un camarero que pasaba. Y ofreciendo otra a Peggy que aceptó.

—Sí, espero lo mismo. Pero suponiendo como es esto, nunca acabará para nosotros y mucho menos para el pobre Steve—Jarvis y Peggy se miraron y sonrieron compasivos—No está acostumbrado.

—Los periodistas están comiéndoselo vivo. Creo que debimos ayudar.

—Claro que no. Ya no es un niño, él sabe qué hacer en estos casos.

—Sí, correr y evitar a la prensa —Bromeó Jarvis, ambos rieron y chocaron las copas para beber un sorbo.

—Oye, mira eso—Peggy señaló a la entrada. Observando a Stephen Strange llegar con una nueva pareja. Un joven, de cabellos castaños, ojos cafés, y vestido con un lindo esmoquin blanco. Ambos saludaban a la prensa, pasando por la alfombra roja y dejando que les tomarán fotos juntos—Esa cara la he visto antes.

—¡Ah, ya sé!—Dijo Jarvis—¿Qué no lo recuerdas? ¡Es el felino!

—¿Quién es el felino?—Preguntó Steve, que llegaba detrás de ellos.

Peggy chasqueó los dedos—Por supuesto. Cómo no me había dado cuenta. El felino, vaya, ¿Stephen Strange? Esta vez se lució.

Steve volvió a preguntar de quién hablaban—Del felino. La nueva pareja de Strange, le dicen así porque caza millonarios, los engatusa con su cara bonita y quién sabe que otras artimañas, y una vez que tiene lo quiere los abandona.

—He oído rumores de que esta vez va a quedarse con Strange. Dicen que quiere casarse y que le dará hijos con tal de disfrutar una buena vida. Que triste-Agregó Jarvis.

Por más que Steve se esforzó por ver el rostro de "el felino" no pudo. No alcanzaba a distinguirlo—Pues que mala persona. ¿Y cuál es su nombre de verdad? —Cuestionó curioso.

—Hmm, nadie lo sabe. Supuestamente siempre se cambia el nombre y es por eso que todos lo conocen como el felino-Peggy suspiró- Bueno. Ya basta de chismes, a lo que vinimos. Steve, si no salimos de aquí con al menos, ocho negocios a concretar, te mataré —Declaró tomando a su amigo del brazo.

...

Tony estaba sorprendido, habían tantas cámaras, tanta gente. Nunca pensó en una alfombra roja, pero aún así quiso alardear un poco y poner sus mejores sonrisa junto a Strange.

Era en verdad un lugar muy grande, y lleno de gente muy poderosa. Se sentía pequeño e intimidado. Aún así, evitaría demostrarlo.

Strange le explicaba de qué iba todo esto, hasta que se encontró con unos amigos con los que negociar. Strange lo presentó con ellos, y también le dio participación a Tony, si quería estar con él, entonces debía saber qué hacía.

Y así iban, de personas en personas. Era como un juego, Strange iba contando los negocios pendientes, hasta ahora iban cinco. Tony de pronto, se dio cuenta de que dejó una pesada pulsera que Strange le había regalado esta mañana y quiso ponérsela ahora para que supiera que apreciaba el regalo. Le dijo que iba a ir a por ella en la entrada donde recogían los abrigos, él aceptó y le pidió que no tardara mucho.

...

—Señor Strange, este es mi joven amigo. Steven Rogers, quien es el dueño de Industrias Grant.

Strange y Rogers estrecharon las manos—Es un placer conocer a un empresario tan joven.

—El placer es mío.

George, quien los había presentado. Los palmeó a ambos en el hombro—Vamos, chicos. Seamos serios, vinimos aquí a un juego de negocios, así que Industrias Grant tiene mucho que ofrecer y la empresa de Strange también es una mina de los negocios, yo opino desde ya, una alianza. Estoy seguro de que los dos se llevarán bien.

Stephen iba a empezar a presentar sus propuestas, cuando una voz se mezcló e interrumpió—Oye, ya estoy aquí. Fue difícil encontrar mi abrigo entre tantos. Pero mira, ¡Tadaaaa!-le enseñó una pulsera de oro y micro diamantes-Aquí está.

Strange sonrió —Me alegro-lo tomó de la cintura-George, Señor Rogers, quiero presentarles a mi futuro prometido. Anthony Stark. Tony, ellos son el joven Rogers, el dueño de Industrias Grant y George, de aerolíneas Baltimore.

Tony se volteó para sonreírles y estrechar sus manos, cuando se congeló completamente. Con los labios entreabiertos, y una expresión incrédula en la cara, Steve le observa.

"¿Steve?"

¿Cómo casarse con un millonario?Where stories live. Discover now