Cada viernes. (+18)

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El día había terminado y la luna reinaba sobre el cielo para cuando Feng Xin llegó a su apartamento después del trabajo.

Era viernes por la noche y las personas normales creerían que ahora podría relajarse y descansar, sin embargo, estas personas por supuesto no vivían con alguien como Mu Qing. No es que a Feng Xin le gustase vivir con Mu Qing tampoco, es solo que... Se había acostumbrado a tenerlo cerca, así que incluso cuando Xie Lian se fué a vivir con su novio Hua Cheng, Feng Xin y Mu Qing se quedaron juntos. Ambos afirmaban que era solo por costumbre.

El punto de los viernes por la noche, era que estos días a Mu Qing le gustaba beber y después de dos copas el hombre se ponía algo inquieto. Así que cuando Feng Xin abrió la puerta de su apartamento y encontró a Mu Qing sentado en el sofá con una copa de vino en su mano, no se sorprendió.

Decidido a evitar los problemas hasta donde pudiera, Feng Xin evitó sentarse en el cómodo sofá de su sala y tomó lugar en una de las sillas de la mesa del comedor.

Sin embargo, los problemas no estaban dispuestos a ser ignorados.

Pronto, la vista de Feng Xin fue acaparada por un hermoso rostro, para ser más precisos, fue acaparada por el rostro de Mu Qing mientras este se sentaba a horcajadas en su regazo, aún sosteniendo aquella copa de vino cuyo contenido se había reducido a la mitad.

- ¿No me has visto cuando llegaste? - preguntó Mu Qing con un puchero.

La mente de Feng Xin se inundó de focos rojos mientras una alarma resonaba diciendo: oh no, lo está haciendo otra vez.

- No te he visto al entrar, ¿Pasa algo? - preguntó Feng Xin intentando desviar la conversación.

Mu Qing bebió de un trago lo que quedaba en su copa y la dejó en la mesa detrás de él.

Oh no.

- ¿No has llegado un poco tarde? - preguntó el chico en su regazo mientras pasaba los brazos alrededor de su cuello.

- Estaba trabajando. - respondió Feng Xin poniendo toda su voluntad en ignorar los actos de Mu Qing.

- Umm, ya veo. - murmuró Mu Qing, para luego deslizar una de sus manos sobre el hombro de Feng Xin, descendiendo lentamente por su pecho hasta tomar su cobarta y juguetear con ella entre sus dedos mientras hablaba. - No me has llamado ni una sola vez hoy.

Feng Xin dejó escapar un suspiro, Mu Qing hacía lo mismo cada viernes.

- Mu Qing, yo nunca te llamo mientras estoy en el trabajo. - respondió pacientemente.

Mu Qing repentinamente tiró de su corbata, atrayendolo hacia él hasta que sus labios se rozaron.

- Pues deberías. - exigió su compañero viéndolo fijamente con aquella mirada caprichosa que siempre tenía en estos momentos.

Entonces Feng Xin pudo sentir aquellos labios que tan bien conocía posarse sobre los suyos, comenzando a moverse con una lentitud casi tortuosa.

Los labios de Mu Qing eran dulces y poseían un ligero toque de alcohol que a Feng Xin secretamente le encantaba.

Las alarmas en su cabeza seguían sonando pero Feng Xin no pudo prestarles atención mientras correspondía al beso de Mu Qing.

Las manos de Feng Xin rápidamente encontraron su lugar sobre las caderas de éste, moviéndose hacia sus muslos y luego regresando otra vez con un ritmo pausado.

Feng Xin aprovechó de introducir su lengua en la cavidad ajena cuando Mu Qing separó sus labios brevemente. Se tomó su tiempo para recorrer la boca de Mu Qing, dejando que sus lenguas se encontrasen y acelerasen la respiración de ambos mientras la temperatura de la habitación aumentaba.

°*✧Fengqing week✧*°Where stories live. Discover now