𝟓 𝔇𝔞𝔶𝔰 ❈ 노민

다섯

Aquella noche de banquete fue interrumpida abruptamente por la princesa Na Yeon, quien se encontraba en un estado alterado, muchos presentes pudieron haber pensado que ella estaba en un cruel delirio. Pero desafortunadamente las palabras que salían de sus lindos labios eran completamente verdaderas. El quinto príncipe Na JaeMin fue encontrado por ella en algún tipo de amorío con uno de los candidatos, Lee JaeNo siendo su nombre.  Todos los presentes miraron al emperador para saber qué hacer mientras el desorden lentamente se acumulaba en el banquete arruinado.

Los guardias pronto encontraron a la pareja tratando de aparentemente huir. En la furia y vergüenza que sufrió el emperador, este dio la orden de volver inmediatamente al palacio, encadenar a todos los candidatos y encarcelarlos en el calabozo. A pesar de ser la mitad de la noche, el hombre furioso forzó a todos a volver sin descanso. Después dio la orden de encerrar al príncipe en su alcoba hasta que se acabara el asunto, sin importar el enorme esfuerzo que hacía el príncipe en explicar los sucesos.

Los candidatos fueron amontonados en las celdas. Pero el único que se encontraba en celda única era el causante de todo el problema, Lee JaeNo. Pero no estaba de suerte alguna aún si no le faltaba el aire de tantas personas amontonadas en una fea y descuidada celda. Una de las órdenes más potentes en la competencia y en la vida normal era jamás tener un contacto cercano a la familia real. En la competencia era no involucrarse con los jueces ni la familia real en privado. Imaginarse un amorío... eso era lo peor.

El emperador mandó a interrogar con tortura al candidato... frente a todos los candidatos sorprendidos y aterrorizados. Seguramente seguiría el resto próximamente, así que todos rezaban con que se acabara todo, pues no querían terminar tan miserables como aquel joven. Había sido golpeado, azotado, amarrado, tal vez le rompieron algún dedo; aún si estaba a punto de desmayarse del dolor de la horrible tortura, los guardias le aventaban agua helada para mantenerlo despierto. Y no era un interrogatorio en si, hacían preguntas pero no dejaban hablar... y no era como si la sangre en su boca ayudara mucho.

Después de minutos eternos de tortura, lo abandonaban tumbado en la celda más fea, sucia y descuidada. Sin tratamiento, no sería sorpresa si se le infectara alguna herida.

Desde afuera, las familias nobles exigían saber lo que sucedía, ya se habían cumplido los cinco días de pruebas, pero nadie podía entrar ni salir.

—No... JaeNo, mírame, tienes que irte lo más pronto posible.—

Dijo JaeMin con el miedo reflejado en sus entristecidos ojos. Pero el noble se negaba a pesar de las súplicas de su amado. Tomaba de la delicada mano del príncipe y le decía intentando mantener la calma:

—Yo no tengo a dónde ir... si me sacrifico por ti, sería más que suficiente... tu siempre has anhelado la libertad... así que corre, vete. Por favor.—

Sacó la daga guardada en sus prendas y se la entregó al príncipe, quien había caído en el miserable llanto... parecía un niño aterrado. Si su amado podía escapar, JaeNo cumpliría con su promesa de protegerlo y dedicar su existencia entera por su amor. Pero por más que intentaba apartarlo, el príncipe no quería apartarse de su lado. No lograron ir muy lejos... pues los guardias finalmente los habían encontrado. Los separaron y los arrastraron por distintos lados. JaeNo se había enfrentado a la aterradora y severa mirada dominante del emperador, Na Young Ho. Y sus frías palabras dando órdenes le dieron un terrible escalofrío de terror.

En su triste y dolorosa estadía en el calabozo, comenzaba a recordar las palabras de su familia. Las advertencias que le hicieron todos... pero era muy joven para entender... jurar no era lo único necesario para cumplir. Y a pesar de las insoportables torturas, jamás delataría al amor de su vida... si tenía que tomar la culpa entera para evitarle problemas, eso sería lo único importante. La vida no era un juego ni un cuento de amor, ¿entonces por qué no podía dejar de amarlo?