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Los últimos días, la casa Lee estuvo entrenando al segundo hijo, Lee JaeNo, en todas las áreas para poder competir por la mano del quinto príncipe JaeMin, la competencia seguramente estaría llena de nobles capacitados y ninguno descansaría hasta ganar, y no se sabía si la muerte de los demás era una opción para ser el triunfante.

El señor Lee  JinKi, junto a su esposa Lee YooYoung, querían hacer de su segundo hijo al caballero perfecto, sería un grandísimo logro para la familia y abriría las puertas a la excelente reputación, riquezas, estatus social, material, de todo, incluso espacio en la corte si eran suertudos... si su hijo sobresalía y sorprendía al emperador. Así que lo hacían estudiar día y noche con  distintos  tutores y entrenadores. Le hicieron estudiar y perfeccionar todo: ritos, cortesía, música, tiro con arco, equitación, cultura, caligrafía, artes marciales, uso de la espada, matemáticas, política, comercio, agricultura, geografía, astrología y mucho más.

JaeNo se encontraba en el campo de entrenamiento practicando sus habilidades con el arco. Su hermano menor JiSung se encontraba a su lado, este se encontraba sentado, comiendo de una manzana en la mesa con las flechas y su arco. Cuando JaeNo disparó su flecha, esta quedó enterrada en el tablón de madera, pero debajo del blanco. El mayor  suspiró cansado, habían rastros de enfado en su conducta, los rayos del sol brillante no eran la razón por la que fruncía el ceño.

El tercer hijo vio el tablón y después a su hermano, se encogió de hombros y lanzó hacia atrás  la manzana comida. Acto seguido, le preguntó al segundo:

—¿No se supone que ya entrenaste ayer? Dentro de muy poco viene la competencia y no has perfeccionado tu arquería. Debiste saber mucho antes que el arte no te salvaría la vida.—

JaeNo no miró al menor, agarró otra flecha de la mesa y respondió en un tono sarcástico:

—Gracias por tu no deseada compañía.—

JiSung puso su mano en su pecho, demostrando que estaba dolido . Se bajó de la mesa y comenzó a explicar mientras estiraba sus brazos tomando un arco y flecha imaginarios:

—En el tablón no está un simple círculo  rojo al que atinar.  Ese es tu objetivo, tu blanco. Concéntrate, dale significado a ese blanco. Ya sea imaginar que estás de cacería apuntándole a un faisán... o imaginar que le estás apuntando a un criminal, incluso a tu enemigo. Si concentras tu odio hacia aquella persona que detestas, es más fácil darle al blanco.—

La vista de JaeNo se centró en el tablón y después bajó para ver sus manos sosteniendo el arco y la flecha. Al escuchar las palabras de su hermano menor, lo pensó un poco, al respirar cerró los ojos, y se reincorporó. Jaló de la flecha de bambú  cuando alzó los brazos, alineándolos. Estirando de la cuerda del arco, haciendo que este se curveara más. Se imaginó su objetivo y liberó la tensión de su cuerpo a la flecha, soltándola para que esta se enterrara  al blanco del tablón, justo al centro.

JiSung abrió la boca sorprendido y curioso le preguntó al mayor:

—¿Qué imaginaste para tener tan buena puntería?—

Dejando de fruncir el ceño, JaeNo volvió a estar calmo, vio a su hermano y le respondió:

—No siempre hay que imaginar que acabas con la vida de algún animal o persona. El odio no es la solución. Tal vez solo quieres apuntar de cierta manera para alcanzar algún fin o meta .—

El mayor dejó su arco en la mesa y se fue mientras practicaba usar su espada imaginaria, en poco le tocaba entrenar una vez más . JiSung jamás lograba descifrar a su hermano, con una expresión incrédula en su rostro, se quejó:

𝟓 𝔇𝔞𝔶𝔰 ❈ 노민Where stories live. Discover now