CAPITULO 10. Nosé descubrieroné

2.7K 357 115
                                    


La semana comenzó con mi visita de seguimiento con la doctora. Rámses me acompañó y lo agradecí, temía que algo hubiese salido mal y que pudiese complicar tener hijos en el futuro, sin embargo la doctora me aseguró que me encontraba físicamente bien. Como método anticonceptivo escogí la inyección, y coloqué todo tipo de recordatorios para cuando me tocaba la nueva dosis, también lo hizo Rámses y a pesar de mis protestas, él lo mandó al grupo de familia y todos colocaron sus alarmas.

A veces ser una familia sin límites, no era agradable.

Cuando regresé a la casa mis abuelos ya se habían despertado y tomaban el sol en la piscina, mañana también comenzarían sus rutinas médicas.

Hacia una semana que habían llegado a la granja y aunque no tenía tanto tiempo sin verlos, cuando llegaron me impresionó como se veían. Lucían más viejitos que la última vez que los vi, más cansados, más débiles. Quise creer que había sido por el vuelo, porque aunque viajaron en avión privado y con exceso de comodidades, había sido un trayecto muy largo; sin embargo los espiaba y miraba con atención. A mi abuelo le costaba caminar por trayectos incluso cortos, mi abuela se quejaba constantemente de dolores en la espalda.

Le pedí el favor a Hayden para que los examinara, pero Ameth estaba un paso adelante, porque hizo traer al médico de mi abuela Amara para que pudiera verlos a todos. Así que esta semana se realizarían algunos estudios y exámenes de rutina, para asegurarnos de que todo estaba bien con ellos.

—Vamos mamá, no es para tanto—escuché a mi papá diciéndole a mi abuela.

—No me hace falta, te lo dije y si te molesto tanto...

—No es eso y lo sabes. Ella te ayudará a ti y a los otros abuelos de Amelia, estará pendiente de sus medicinas, de todo lo que quieras hacer.

—¡No la quiero!—mi abuela estaba firme en su decisión.

—Pues mamá, lo lamento, pero lo hago porque te amo. Ella se quedará.

—Pues no pienso hablarle.

—Nancy es una persona bien agradable, pero si tu no le quieres hablar, bien, no está acá para ser tu amiga, sino la enfermera.

Mi abuela se dio media vuelta, muy enojada, y se marchó.

—¡Uff! Tengo esta discusión cada dos meses, me estoy aprovechando de que están acá tus abuelos para ganar la discusión.

—¿Ella está bien?—pregunté un poco asustada.

—Si, lo está, a veces se olvida de algunas pastillas, pero hace muchas cosas acá que le pueden hacer daño. El otro día se puso a limpiar los estantes de la cocina subida en un banquito de madera que se tambaleaba. Le encanta cocinar, pero ya le falta un poco de fuerzas en las manos para alzar las ollas, se ha quemado varias veces. Nancy estaría para ayudarla con todo, con el trabajo fuerte que ella insiste en hacer.

—No suena tan mal la ayuda, en realidad—coincidí.

—Lo sé. Si puedes hablar con ella, te lo agradecería, ayúdame a venderle esta idea, por favor hija.

—Claro, lo haré. ¿Son casi las 4 de la tarde, sabrás a qué hora llega Mike?.

—¿Preguntaron por mí?.

El abogado entró en la casa, luciendo como un vaquero rebelde y sexy. Nunca lo había visto vestido así.

—¿Qué tal mi look de granja?—abrió los brazos cuan largos era, sonrió y hasta dio una vuelta.

—¡Te ves muy bien!—coincidí mientras lo abrazaba.

—Tienes un lugar fantástico acá, Ameth. Bastante impresionante.

No Juzgues La Portada 3Where stories live. Discover now