Libro II Biología Duele
Y de repente cambió. Después de vivir en carne propia la traición; Gema se volvió una persona completamente diferente, con una nueva mentalidad, una nueva perspectiva, una nueva alma. La chica que una vez se preocupaba por to...
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Gema
Definitivamente esta no es la noche promedio de un viernes. Maximilian Gruñe, pierde el control, y frunce las cejas, penetrándome con fuerza. Tan jodidamente fuerte, hago todo lo posible para lidiar con la fuerza de esto. Cuando se corre, se mantiene quieto, muy dentro de mí antes de que se convulsione.
Su rostro, oh, Dios, su rostro. Las palabras no pueden describir lo hermoso que es su rostro cuando se corre. Se cae sobre mí y me río para mí.
—Si eso fue ir con calma, ¿Qué diablos quiere decir cuando te esfuerzas? Jadeo.
Se ríe y cae sobre la cama, tirando de mí sobre él. —Hmm, ligero cambio de planes murmura mientras me besa. Tratamos de recuperar el aliento y me acuesto con la cabeza en su pecho escuchando los fuertes latidos de su corazón.
Me aparto de él y me apoyo en el codo para poder mirarlo.
—¿Qué? —Pregunta.
—Nada
Sonríe, su mano encuentra ese punto entre mis piernas, y desliza uno de sus gruesos dedos dentro de mí nuevamente.
—Naciste para follar. —Me bombea con fuerza y me estremezco. Ay, estoy adolorida
—Este hermoso cuerpo tuyo está hecho para el pecado.— Sonrío y saco su mano de mí.
—Sí, bueno, este hermoso cuerpo mío no puede soportar más. Abajo, chico. Un rastro de sonrisa cruza su rostro. —Hasta la próxima vez.
Me inclino y lo beso suavemente. —Hasta la próxima —jadeo.
Me besa una y otra vez, y puedo sentir su polla endurecerse contra mi estómago. Jesús, ¿cuánto tiempo puede durar? Pensé que se suponía que la resistencia sexual de los hombres disminuiría con la edad, pero definitivamente ese no es el caso aquí. Mi sexo está palpitante y doloroso, hinchado por la carnicería. Además había estado mucho y tiempo sin follar sumado al proceso de mí embarazo me sentía insegura en cuanto a mí cuerpo. Gracias a que estoy con unos tragos de más y que la luz está apagada Maximilian no se dio cuenta.
Poco a poco el cansancio se apodera de mí y me quedo dormida en sus brazos. A la mañana siguiente despierto con un fuerte dolor de cabeza y en mí entrepierna. Abro los ojos y me desoriento al no reconocer la habitación y, cuando siento a alguien removerse a mí lado me tenso.
¡Ay dios mío!
Maximilian se encuentra a mí lado, con su brazo sobre mí cintura aferrado. Y, es en ese entonces cuando los recuerdos de la noche anterior vienen a mí mente.
Mierda. ¿Qué hice?
Lentamente quito su brazo y me escabullo en la habitación buscando rápidamente mis pertenencias. El dolor que surge de mi entrepierna es terrible, siento que me escuece y seguramente debo tener irritado. Maximilian me dio con todo ayer y ni siquiera hice la cuenta de cuantos orgasmos tuve. Una vez ya vestida cojo mi bolso y lentamente me voy de su casa sin hacer ruido y esta misma situación se me hace familiar.