Good To Love | Han Jisung

93. Adiós, Lana

"— No te pediré que no te vayas, porque estoy seguro de que volverás.
— Volveré.
— Y yo estaré ahí para recibirte."

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Lana

Estoy viviendo momentos como si los estuviera recordando. Como si yo realmente no estuviera aquí, y ya mi larga vida ha pasado. No reconozco mis manos, la casa en la que crecí y no sé por qué no soy todos los demás.

Puedo estar en cualquier lugar y siempre vuelvo a donde siempre he estado: en un oleaje indomable, en una estrella remota. Pero no me ahogo, tampoco me quemo. He encontrado una hendidura en la que descansar durante mis viajes.

Parecen tan lejanos los recuerdos, que simulan grafitis en las paredes de un tren. Aquellos que te abandonan antes de ser vistos. Y si no puedo confiar en mi memoria, ¿quién me va a tocar ser?

Las personas van y vienen, pero yo también soy persona. Las personas lesionan y pierden. ¡Ya no quiero ser persona!

Pasaré los días masticando y tragando luz hasta curarme por dentro. Nunca podré brillar tanto como tú, pero quizá así puedo empezar a curarte. Una vez lista, prometo mantenerte.

Mi querida flor que no marchita.

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Narrador externo

— Al final sí que se han dormido - Comentó Changbin, que abrazaba sus rodillas.

— Eso parece - Respondió Chan con una pequeña sonrisa. - Quizá fue mala idea poner la película.

— Ay, los maknaes...

Eran las cinco menos cuarto de la mañana de ese mismo día cuando la película que estaban viendo se terminó. El sueño había ganado la batalla y se había acumulado en los ojos de los dos jóvenes mientras Robin Williams salía en la pantalla. Nada más detectó a través del rabillo del ojo que estaban comenzando a dormirse, Hyunjin les arropó con una de las mantas para que no pasasen frío.

Ambos estaban tumbados del mismo lado, con el rostro en dirección a la televisión. Jeongin estaba detrás de Lana y respiraba pacíficamente en su nuca. Tenía su brazo izquierdo por debajo de su cabeza y el derecho reposaba sobre el hombro de la chica, la cual, inconscientemente, cogió su mano. Sus labios formaban un pequeño puchero al tener la mejilla apretada contra el colchón. Era una imagen adorable para quien la viera.

Félix miró el reloj, sabiendo que se acercaba la hora de irse al aeropuerto.

— Me da lástima despertarles. Son tan inconscientes así - Los chicos le miraron, no sabiendo con exactitud a qué se refería. - No saben qué va a pasar cuando se despierten. No saben qué día es.

Sonrió decaído y se arrodilló, pensando que alguien tenía que tener el valor de despertarles. Pero, antes de poder hacerlo, Jeongin se removió ligeramente. Poco a poco, fue abriendo los ojos y giró la cabeza hasta hacer contacto visual con el pelirrojo.

— Buenos días, hyung - Saludó con la voz desgastada característica del despertar.

— Hola, Jeonginnie - Apartó el flequillo de su frente con una pequeña sonrisa. - Tenemos que irnos al aeropuerto pronto.

Jeongin frunció el ceño momentáneamente antes de darse cuenta de donde se encontraba. Recordó entonces, que se había quedado dormido al lado de Lana. Su mirada se deterioró, sintiendo un golpe en medio del pecho.