36. La definición de "perfecto"

4.4K 320 590
                                    

Lana

Hoy era el último día de vacaciones, y llevaba unos días triste. Con lo ocurrido con Félix, no quería decir nada. Además, todas mis energías y las de los demás estaban concentradas en eso. Mi supuesto problema no era nada en comparación y sentía que solamente quería llamar atención.

Había vuelto a mojar la almohada. Sentía que iba a estallar de todas las emociones acumuladas. Cerré la libreta donde desesperadamente había intentado escribir y tiré las hojas que había arrancado a la papelera.

A veces superamos algo, pero volvemos a caer en ello un tiempo después.

Me tumbé como una estrella de mar sobre el colchón, y trataba de calmarme escuchando música, pero llevaba un tiempo sin funcionar. Cuando mi cabeza abandonaba el tema un segundo, enseguida volvía a aparecer. Era algo que no podía ignorar ni cerrando los ojos.

Cogí mi teléfono, y tras darle miles de vueltas, le di al botón de "enviar".

Yo

Hannie

No estoy bien, te necesito

Han🐿

Estás en casa?

Yo

Han🐿

Estaré allí en unos minutos

Tal y como dijo, en unos minutos Han ya estaba fuera. Cuando el timbre de casa sonó bajé las escaleras hacia la puerta. Me empecé a sentir extremadamente culpable.

Cuando Han vio mi rostro, rápidamente me lanzó a sus brazos y yo comencé a llorar otra vez. Llevaba un gran jersey de color rosa claro y una mochila negra colgada en su espalda.

— Siento haberte hecho venir - Murmuré contra su hombro.

— Ni se te ocurra disculparte. He traído dulces, películas y un juego de mesa. Vamos a tu habitación, déjame cuidar de ti - Susurró en mi oído.

— Te quiero.

— Yo también te quiero - Acarició mi espalda.

Subimos a mi habitación y nos sentamos en mi cama. Yo tenía las piernas cruzadas y Han se había arrodillado enfrente mío. Me miraba con preocupación.

Con su mano pasó un mechón detrás de mí oreja. — ¿Has comido? Dime la verdad.

— No - Suspiré.

— Suerte que he traído tus galletas favoritas - Respondió mientras sacaba un paquete de su mochila.

Sonreí ligeramente y cogí una. Eran unas galletas rellenas de chocolate que también había en España, las comía desde que era pequeña.

— Cuéntame lo que te pasa, jagi. Quiero que sepas que estoy aquí para lo que necesites, nunca estás sola - Dijo mostrando preocupación en sus pequeños ojos.

— Siento que es estúpido - Admití en un hilo de voz.

— Tus preocupaciones nunca serán estúpidas - Respondió acariciando mi mejilla y secando una lágrima con su pulgar.

Asentí y respiré hondo.

— Últimamente he vuelto a pensar demasiado sobre mí misma - Han asintió haciéndome saber que estaba escuchando atentamente. - Y me siento culpable de que estés conmigo.

Good To Love | Han JisungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora