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La palabra se encuentra escrita con algo que parecía ser sangre.

—Arella... – dijo Gabriella, tomando mi brazo. – ¿Qué haremos?
—Le... Le tomaré foto por si desaparece. – dije, sacando mi celular.
—¿Desaparecer?, ¿Cómo podría desaparecer esto?
—Todo es posible ahora. – dije, tomando una foto.
—Es cierto... – me mira. – ¿Dormiremos así? – yo asentí. – No sé que es peor... si el regresarme sola o el quedarme con esto. – suspiró y salió del baño. – ¡Ah!

Salí inmediatamente al escuchar el pequeño grito de Gabriella, pero tan solo se trataba Simon, el cual se encuentra de pie frente a la ventana.

—¿Algo sucede? – pregunta, caminando hacia mí.

Sus alas se encuentran fuera.

—Si... hay algo en el baño...
—Yo me ocupo.

Los tres entramos y Simon se acercó al espejo, tocó ese líquido rojo y efectivamente, es sangre.

—¿A quién le pertenece? – dije, soltando mi cabello.
—No lo sé. – suspiró él. – Pero no es nada bueno.
—Si... es obvio. – dijo Gabriella, soltando un suspiro.

Gabriella y yo nos dormimos con la tranquilidad de que Simon estaría fuera de la habitación cuidándonos.

A la mañana siguiente, Meg salió a hacer las compras y fue ahí donde tuvimos la oportunidad de que los ángeles entraran para investigar todo tipo de pistas.

La sangre pertenecía a algún humano, tenía la densidad y forma de uno.

Era extraño y difícil el darse cuenta de todo esto, pero los ángeles sabían más que nosotras.

—¿Quién podría haber sido? – pregunta Gabriella, sentándose en la cama.
—Alguien que... desapareció. – dijo Jackson. – Si el demonio lo hizo... no dudaría en despedazar a ese humano...
—Esto es el principio. – dijo Alexander, saliendo del baño.
—Dios mío. – dijo Gabriella, mirando su celular. – Es tarde, debo ir a la escuela...
—Pero es sábado. – dije, sentándome en la cama.
—El baile será pronto y aún faltan algunos preparativos. – dijo ella. – Debemos pasar desapercibidos.
—Tiene razón. – dijo Jackson. – Si Robbie o Kyle se encuentran ahí, no deben saber que algo sucede.
—Está bien. – suspiré y tomé las llaves del auto. – Iré contigo.
—Yo igual, iré con ustedes. – dijo Alexander y ambas lo miramos. – No las dejaré ir solas, menos si Robbie se encuentra ahí.

Alexander, Gabriella y yo entramos con normalidad a la escuela, debíamos pasar desapercibimos y lo conseguíamos.

Todo estaba saliendo bien hasta que dos chicos se atravesaron en nuestro camino.

Robbie y Kyle.

—En hora buena, amigos. – sonrió Robbie. – Los estábamos esperando. – se posicionó a mi lado y me abrazó por los hombros. – El baile no se organizará solo.

Caminamos junto a ellos sin decir una sola palabra hasta que llegamos al gimnasio.

—¿Alguna idea? – nos mira. – ¿Gabriella?
—Podemos abrir esas puertas y hacer una pequeña pista de baile afuera...
—Podría ser para parejas. – dijo Kyle y la miró.
—Adornada con flores y luces...
—Con vista hacia el bosque. – dijo Kyle guiñando su ojo y alejándose.
—Bien pensado. – sonrió Robbie. – Ahora tú, Arella – lo miro. – ¿Alguna idea?
—Quizá... puede haber un gran arco de flores con... una buena música de fondo...
—Me parece perfecto. – sonrió y se alejó de nosotros.
—Eso salió bien... – dijo Gabriella, dudando de sus palabras.

De pronto, unos chicos se acercaron y nos dieron tantas cosas de decoración.

Este sería un largo día.

Después de largas horas de trabajo, terminamos todos los preparativos y ahora, tan solo nos quedaba esperar pacientemente el gran día.

Alexander y yo llegamos a mi casa y subimos a mi habitación para poder charlar un poco.

Me tiré a la cama rendida, pensando en todo lo que hemos pasado y lo que sucederá en pocos días, justo en el esperado baile.

—¿Pasa algo? – se sienta junto a mí.
—Esto es demasiado. – suspiro.
—Todo puede acabar. – murmuró él. – Tan solo debes decirme.
—No... – me senté y lo miré. – No es eso...
—¿Entonces?
—El baile... Robbie... Kyle y... la persona que probablemente murió. – miro mis manos. – Todo mezclado es... difícil...
—Juntos podremos con todo. – toma mi mano. – No te des por vencida.
—Nunca podría hacerlo. – lo abracé y él correspondió mi abrazo.
—A partir de ahora... todo es arriesgado. – se separa y toma mi rostro entre sus manos.
—Lo sé. – sonreí con los labios sellados. – Pero sé que podremos terminar con este... riesgo...
—Debo protegerte, mi niña. – me abrazó.

Ambos nos acostamos en mi cama y comenzamos a escuchar algo de música mientras él acariciaba con dulzura mi cabello.

Realmente me consideraba la chica más afortunada del mundo por tener a Alexander.

Aunque fuese arcángel, era realmente increíble estar viviendo de esta manera, aunque mi vida estuviese en riesgo, jamás me arrepentiría de mis decisiones.

Y al pasar el tiempo, intentaría sobrevivir por él.

—Tus pensamientos son increíbles. – dijo, besando mi cabeza.
—Y sé que los tuyos también lo son. – dije, abrazándolo aún más.
—Solo estás tú en mis pensamientos. – se levanta un poco, dejándome debajo de él.

Él comenzó a pasar su rostro por mi cabello, al parecer oliéndolo un poco, hasta llegar a mi cuello, haciendo que el nerviosismo crezca en mí.

De pronto comenzó a dejar pequeños besos desde mi oreja hasta bajar aún más, llegando a mi cuello de nuevo.

Estaba provocándome, lo sabía perfectamente.

Y me gustaba.

Sus manos comenzaron a recorrer mi cuerpo poco a poco y su sonrisa lo delataba, él estaba disfrutando este momento.

—Alexander... – murmuré, con los ojos cerrados.

Él me miró y tan solo acarició mi rostro.

—Arella...

Lo miré y nuestras miradas conectaron de una manera tan especial que me revolvió el estómago de una manera tan linda.

Eran las llamadas, mariposas en el estómago.

Él me volvía tan loca y me enamoraba con tan solo una mirada.

—Te quiero, Alexander. – sonreí, provocando una sonrisa en él.

Él tomó mi mano y entrelazó nuestros dedos.

El agarre era tan lindo que me estremeció por completo, provocando otra sonrisa tan hermosa en él.

Con delicadeza y sin dejar de mirarme a los ojos, murmuró unas palabras que me dejaron sin habla.

—Por ti he perdido las alas y por ti, perdería la vida si fuese necesario.

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[COMPLETA] ✓ ARCÁNGEL: La Maldición de los Caídos I [SAGA: ARCÁNGEL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora