Dulces dieciséis

252 24 70
                                    

Capítulo 16

(Demián)

Llegué puntualmente a la casa de Alix, como habíamos quedado, yo me sentía absolutamente nervioso, pero no era por la cita con ella, más bien era por lo que estaba a punto de suceder ésa noche.

Toqué el timbre dos veces, mientras me acomodaba el traje negro que llevaba puesto, mis manos sudaban, y mi pulso estaba muy acelerado. La rubia apareció abriendo la puerta, su rostro reflejaba cierto entusiasmo.

—Demián, vaya, te ves... ¡Guapísimo! —Bagley me miraba de arriba abajo, con una sonrisa de oreja a oreja.

—¡Gracias Alix, tú te ves espectacular! —y no era mentira, realmente se veía muy guapa, pero no despertaba en mí ningún otro tipo de interés, yo sabía exactamente qué papel desempeñaría ella esta noche.

Me tomó del brazo y nos dirigimos hacía el automóvil negro que había comprado con unos ahorros, no era muy lujoso, pero tampoco me hice de una carcacha. Le abrí la puerta y espere a que se introdujera en el auto, cerré la portezuela y rodee hasta meterme del lado del chofer.

Conduje hasta Broadway, en el camino Alix y yo intercambiamos un par de palabras, pero no sostuvimos una plática más larga. Mi mente solo recreaba miles de escenas que podrían suceder en unos cuantos minutos, y eso me mantenía sumamente enfocado, deseaba tanto que todo saliera bien.

Llegamos al lugar, y mi nerviosismo aumento drásticamente, estaba tembloroso, y no dejaba de sentir escalofríos, jamás había estado tan emocionado como hoy, bueno, al menos hacía mucho que no me sentía así.

Alix entregó un par de boletos, el hombre que estaba a cargo de recibirlos, tomó la muñeca de Alix y le puso una pulsera color gris, repitiendo la misma acción conmigo; y nos dispusimos a entrar en aquel lugar, observe la decoración y quedé tan asombrado, era sumamente hermosa.

—Jamás imaginé que quisieras acompañarme a una fiesta cómo ésta —volvió a tomarme del brazo, mientras observábamos todo a nuestro alrededor.

—Yo no tenía en mente venir a un lugar cómo este, sin embargo no quise negarme a ser tú acompañante —seguí con la vista fija en las enormes lámparas de cristal que colgaban del techo, ese lugar era increíble.

—¡Gracias Demián, de verdad, era importante para mi padre que viniera en su representación! —nos detuvimos, mientras tomábamos una copa de champagne —Mi padre estima muchísimo al doctor Foster, y lamentó no poder asistir a la fiesta de su hija.

—Supongo que ambos tienen una amistad muy estrecha —observé a la rubia de reojo.

—Sí, han sido amigos durante mucho tiempo, hemos convivido varias ocasiones e incluso mi madre y la esposa de Eric son muy buenas amigas también, así que somos como una familia —Bagley sonrió.

Una sonrisa genuina apareció en mis labios al recordar que accidentalmente me había enterado que el padre de Alix era el director general del hospital para cual trabajaba el papá de mi dulce ángel, inmediatamente me volví más cercano a la rubia, ella era mi pasé a este lugar y poder estar con mi Nadia en una fecha tan importante como esta, y ahora podía estar más que satisfecho al tener esa clase de información.

Hoy era un día totalmente de júbilo para mí, Nadia cumplía dieciséis años, y verla como había ido creciendo en éste tiempo ha sido realmente una experiencia agridulce, porque me ha roto el corazón de forma despiadada en contadas ocasiones, y también me ha llevado al paraíso miles de veces con una sola de sus sonrisas, aunque no estuviera dirigida hacía mí.

(Nadia)

Tenía los nervios de punta, estaba tan emocionada que no sabía cómo comportarme, las piernas y las manos me temblaban y es que mi madre había cumplido su palabra de hacer de mi fiesta, un cuento de hadas, la noche anterior ni siquiera pude dormir, de milagro hoy tenía mucha energía, creo que la adrenalina del momento era la que me estaba sacando a flote.

El ExtrañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora