【 Día 3 】

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Playa;

En momentos como esos, Hanta deseaba haberse dedicado a ser uno de esos artistas que se la pasaban viajando de ciudad en ciudad, aprendiendo nuevas técnicas de pintura y retratando paisajes o personas hermosas

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En momentos como esos, Hanta deseaba haberse dedicado a ser uno de esos artistas que se la pasaban viajando de ciudad en ciudad, aprendiendo nuevas técnicas de pintura y retratando paisajes o personas hermosas.

Tal como el escenario frente a él.

Estaba sentado en la orilla de la playa, en la parte del muelle para los barcos locales menos profunda. Balanceaba sus pies descalzos, rozando con la punta de ellos el agua.

El sol estaba cada vez mas cerca del horizonte, esperando la hora exacta para desaparecer y darle lugar a la luna, iluminando todo el cielo de un leve color amarillo hermoso.

Escuchó el sonido de un barco levando anclas y zarpando en busca de alguna que otra aventura en el mar.

A unos trescientos metros de su trocito de muelle un puñado de personas saludaba al barco que se alejaba de la orilla de la playa.

Cansado de anhelar algo como lo que tenían cualquiera de esas personas volvió a mirar al horizonte frente a él.

Sacudió sus pies con un poco más de fuerza, comenzó a salpicar agua y asustó a todos los peces cercanos en un arrebato de furia reprimida.

Estaba cansado de no hacer nada, de sentir que no le importaba a nadie y de no poder seguir adelante el solo en el gran mundo que tenia a su alrededor.

Porque no tenía a nadie. Ni familia ni amigos que velaran por su bienestar.

Quería volver a empezar, de otra forma y esta vez lo haría bien. No como ahora, estaba seguro.

Dejó de patear el agua y se paso una mano por la cara, buscando que sus ojos dejaran de arder, resistiéndose a llorar.

No sabía nadar.

Si esa playa fuera un poco más profunda, por lo menos para que sus pies no se apoyaran en el suelo no dudaría en dejarse caer.

Total, nadie le esperaba en casa.

Se mantuvo mirando como el sol se terminaba de ocultar hasta que la luna se alzaba en alto y la gente que había despedido el barco comenzaba a irse a sus casas.

De alguna forma, fue escuchado por una fuerza mayor.

De repente entre los peces que saltaban mar adentro se vio la sombra de algo más.

Abrió los ojos sorprendido cuando ya no hubo peces. Solo un chico casi humano, de no ser por la cola de pez que poseía en lugar de piernas.

Había escuchado solo leyendas de los tritones.

Tritones como aquel que tenía en frente, con el cabello rubio mojado y la cola de pez igual de amarilla.

Saltaba de la misma forma que los peces -ahora desaparecidos- lo habían estado haciendo, sin temor a mostrarse, hasta parecía reír divertido.

Al menos, hasta que lo vio.

Cuando se miraron directo a los ojos, a pesar de estar a varios metros de distancia aún a Hanta le traspasó una corriente eléctrica que no debía ser normal.

Los ojos del otro eran dorados, de un dorado opaco, pero un segundo más tarde se volvieron más brillantes casi como si se emocionara al verlo.

El rubio comenzó a acercarse despacio, agitando su cola de pez por detrás.

Tenía una pequeña sonrisa en los labios, justo antes de comenzar a moverlos de manera hipnotizante.

Parecía cantar, pero el cerebro de Hanta no procesaba la letra de la canción, solo sentía que el otro le llamaba y que debía obedecerle mientras le miraba directo a los ojos.

Escuchó los murmullos de la gente casi tras él acercándose, por ser la parte del muelle más cercana a la ciudad.

Su corazón se aceleró ante la posibilidad de que alguien viera a la Tritón frente a él, no podía permitirlo. Lo matarían, o lo venderían y por alguna razón eso no le parecía una opción.

Asustado por el destino del chico, comenzó a descender del muelle, cada vez mas profundo en el agua.

El tritón se encontraba ya frente a él, y de nuevo esa sensación traspasó su cuerpo.

La mano del otro se extendió en su dirección.

Y sin dudarlo, no sabe si por el sentimiento de conocerlo que tiene en el fondo y esa voz que solo le repite "Denki..." o el miedo que de repente siente por ahogarse frente a él.

Apoyó lentamente su mano sobre la del otro y él lo recibió con un jalón del brazo.

De repente estaba en el agua y las voces de la gente se escuchaban cada vez más fuertes.

Pero eran fáciles de ignorar.

Muy fáciles de ignorar cuando los dedos de un Tritón se están hundiendo entre los mechones de su ahora húmedo cabello, mientras que su nariz y su boca están acariciando de forma lenta su cuello.

-Te encontré, Hanta. Te encontré...

El Tritón se alzó unos centímetros y unió sus frentes. Hanta sintió el mismo escalofrío que antes pero más fuerte, y todos sus músculos relajarse entre los brazos del otro.

Cuando Denki volvió a su cuello él solo se dejaba hacer.

La oscuridad se volvió mayor, y dejó de pensar en como el aire le faltaba, ya no solo por los besos en su cuello.

Los pulmones le ardían mientras más se hundía en el agua junto al otro. Hasta que ya no pudo sentir nada más que el calor del cuerpo pegado al suyo y el frío del agua en todo el resto.

No sabe si lo que lo mató fue el agua en sus pulmones o los dientes del otro a lo largo de su cuello.

Solo sabe que ese Tritón le había encontrado, y eso le había hecho extremadamente feliz.

Solo sabe que ese Tritón le había encontrado, y eso le había hecho extremadamente feliz

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🌻30-07-2021

🌻 932 palabras

🌻 Buenoo, esto esto que salió.
Estaba preocupada porque no fuera Playa lo que resaltara, pero la creadora me dió su aprobación así que,
Me quise apegar a las mitológicas leyendas de las sirenas y me gustó muchísimo el resultado 💞
Tal vez es muy parecido al primero pero les prometo que no se mueren en todos 👩‍💻

Sempiterno | Serokami Week 2021Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt