CAPÍTULO 3

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Arrivederci, Italia... Ciao, Spagna.

Simone.

Svegliati, Bella Addormentata— la fastidiosa voz de Ales me despierta, como respuesta le regalo un gruñido.

Svegliati, Bella Addormentata= Despierta, Bella Durmiente.

Levanto un poco la cabeza y lo miro con los ojos aún casi pegados. Es uno de mis mejores amigos desde que tengo memoria, es como mi hermano, pero eso no le quita lo molestoso que puede llegar a ser a veces.

Lasciami dormire— murmuro, tapándome la cabeza con la almohada para no escucharlo más.

Lasciami dormire= Déjame dormir.

Cuando creo que ya vuelvo a poder dormir tranquilo y en paz, estoy muy equivocado, porque Ales grita algo que no logro entender y un peso me aplasta en el colchón. Saco la cabeza de debajo de la almohada y mis labios casi tocan los de mi amigo.

Me remuevo hasta que logro que se me quite de encima y comenzamos a empujarnos en la cama, pegándonos con los cojines y la almohada hasta que ambos terminamos cayendo al suelo entre risas e insultos cariñosos.

Dai siamo in ritardo— me dice, haciendo una mueca de desaprobación hacia mí, llevándose una mano a la frente y negando con la cabeza—. L'hai dimenticato— me encojo de hombros sin saber a qué se refiere—. ¡Hoy nos vamos a España!— comienza a hablar en español— ¿Todavía no has hecho la maleta?

Dai siamo in ritardo= Venga que vamos tarde.

L'hai dimenticato= Lo has olvidado.

—¿Eh?— lo pienso un momento porque no estoy muy seguro, siendo sincero— No, sí, la maleta sí la tengo hecha. Mi madre lleva dos semanas recordándomelo todos los días— estiro los brazos—. ¿Vamos a seguir hablando en español?

Se encoge de hombros y se me queda mirando con desconfianza sin saber si creerse lo de la maleta o no. Conociéndolo, es capaz de buscarla y abrirla para comprobar si no le miento. Le hago un gesto con la mano para que se tranquilice y confíe en mí.

Vieni a colazione!— nos grita mi abuela desde la cocina, haciendo que ambos demos un respingón por el inesperado grito y nos levantamos del suelo para hacerle caso.

Vieni a colazione!= ¡Venid a desayunar!

Ales baja antes que yo ya que me dirijo al baño para darme una ducha rápida y espabilarme un poco. Cuando salgo, con la toalla liada en la cintura, limpio el espejo que se ha quedado empeñado de vaho y me miro.

Saco la crema del neceser y me la aplico en la cara para después volver a guardarla y meterlo en el saco de deporte que me llevaré mas las dos maletas. Agito la cabeza dejando el espejo lleno de gotas de agua. Me pongo unos bóxers y unos pantalones vaqueros cortos.

Al salir del baño agarro las dos maletas y las pongo sobre la cama para seguidamente abrirlas y revisar por encima con una lista mental que no me falte nada, soy muy olvidón y maniático.

No me gusta la idea de tener que dejar Italia por no sé cuánto tiempo, porque no será permanente, pero ir a España, seguir estudiando en una universidad nueva donde no conozco a nadie, solamente a Ales, dejar a toda mi familia y amigos aquí... pues como que no me gusta mucho. No suelo salir de mi zona de confort, estoy a gusto en ella.

Un beso robado (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora