Muerte y añoranza.

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"No existe el destino.
Cada uno, obtiene lo que siembra"

Y si la vida te da la oportunidad de volver a comenzar. ¿recorrerias el mismo camino?


"tengo que.... volver ... Xiao XingChen....
Él... sigue esperando, por mi"

Fue el último pensamiento que tuvo. antes que, la vida se le arrebatará, arrancando el último suspiro de sus labios. Que aunque curvados en una sonrisa, mostraban un dolor que iba más allá de lo físico. Aferrándose a un añoso trozo de caramelo, resquebrajado y sucio. En pocas palabras, incomible; con toda la fuerza que su estado actual le permitía, agotado por la incesante lucha, la pérdida mortal de sangre y resignado por no poder cumplir la promesa a su querido Daozhang. lo único que buscaba, era tener el último contacto con aquel personaje de blancos ropajes.

Y así, aunque nadie lo esperaba. (ni siquiera, el mismo.) una vez más abrió los ojos, vislumbrando aquel azul del cielo que se extendía sin fin.
Estaba desorientado y  dolorido. Pero, esas molestias, ahora eran casi risibles. Es decir, no existía un punto de comparación a como se encontraba solo un par de minutos atrás. No había duda de ello. dolia, dolia mucho... incluso, abrir los ojos era insoportable. Pero este pequeño vándalo, siempre fue muy bueno tolerando el dolor.

El inconfundible sabor a sangre permanecía en su boca, mezclándose con su saliva; un sabor ferroso y rancio que a su vez  dificultaba el deglutir de la que ya se acumulaba, el zumbido en sus oídos turbaba hasta la mera existencia de este aciago delincuente y el inaguantable dolor de cabeza.
¿Que estaba pasando? ¿Como es que, con tal fatal heridas y el aborrecimiento de sus enemigos, aún seguía con vida? Imposible, totalmente inimaginable.

Con impasibilidad incorporó su forma; muy lentamente, temeroso de abrir una herida o si de hacer un movimiento brusco, pudiese llegar a morir. Miles de pensamientos efímeros cruzaron por él. Sin embargo, de inmediato les resto importancia... Ya habría tiempo para arreglar cuentas, saciar sus dudas y equilibrar la balanza. Pero ahora, Ya que, gracias a un milagro estaba vivo. Solo quería volver a esa casa de ataúdes y encontrar a Daozhang XingChen. No sabía cuánto tiempo había estado fuera, lejos de él. era consiente de que si dejaba al Daoshi solo por mucho tiempo, podría perderlo para siempre. Y eso, no entraba en discusión.

Queria volver con él, queria ver el rostro que aunque pálido, no perdía su encanto, quería tocar sus mejillas suaves; dejando de lado ese sentimiento de acongojo al sentir lo frío de su piel. quería...
Más, algo alteró sus sentidos olvidando todo... casi, por completo.

—Q-que mierda!?
Que es esto!? M-mi brazo...

¿Podría su situación ser incluso, más improbable e inusual?
Al parecer, si.

No sabía que estaba pasando, estaba más que confundido. Pero, eso no lo iba a detener para averiguarlo.
Con asombrosa incredulidad, levantó ambas manos frente a él, sacudio sus brazos; incluso, mordió uno de sus dedos. Todo, para comprobar que, lo que veían sus ojos; era real. Imposible. Simplemente, no cabía en la cabeza que algo así le este pasando.... le tomó un poco más de tiempo notar que, no sólo su brazo estaba ahí. Si no que también, su cuerpo era más menudo. mas pequeño.... mas frágil. ademas, sus diez dedos seguían estando intactos. cinco en cada mano.

—Que maldita broma.
Esto no es posible, no puede serlo.

Necesitaba un respiro, poder pensar con claridad, volver a ser lógico. Tenia que, si quería mantener el control de lo que sea que haya sucedido. —Muy bien. —se puso de pie; mirando a su alrededor, en un intento de hayar resquicios de matrices demoniacas, talismanes, lo que sea, que le dé algún indicio para encontrar las respuestas que buscaba.

Nada. No había nada.

—Yo... acaso, ¿volví en el tiempo?~ —Fue burla hacia si mismo. Pero, por más ridículo que sonara, eso era lo que había sucedido.

Ahora, era un niño de más o menos 7 años de edad. No tenía certeza de nada sobre el "¿como?" O el "¿porqué?". Se supone que estaba a punto de morir. Y así fue. Pero, aquí estaba. Vivo, y muchisimo más joven.
Al menos, algo como esto, ¿Es viable?. Necesitaba comprobar sus teorías. para ello, busco un lago o algún lugar en el que pudiera ver su reflejo. Solo para verificar que realmente era él. y no su alma tomando posesión del cuerpo de algún niño; Como había sucedido con el patriarca de Yilling.

—Realmente... Soy yo.
Este es... —dio un corto vistazo así mismo, ante de afirmar. —Si. Este es mi cuerpo, mi cara... mis manos.

En la pequeña extensión de agua miraba su rostro, más redondo y adorable; con todo el encanto vivido e infantil. su cabello era notablemente mas corto, ordenado sin ningún cuidado en una alta coleta.

Aún no podía salir del asombro. Claro, ante los ojos ajenos, podría parecer solo un pequeño niño jugando con su reflejo; apretando sus mejillas, haciendo muecas con su boca para mirar sus dientes. Pero Xue Yang ahora, estaba demasiado consternado, inquieto e incluso impaciente. Es decir, no había forma en la que pudiera creerlo. Realmente, ¿la vida le estaba dando una segunda oportunidad? Como si lo mereciera, como si sus méritos fueran muchos.
Él, suspiro. estaba consciente de que no era así, que no se trataba de él, que tal vez y lo más probable es que todo esto se deba, a cierto personaje altruista, ingenuo y benevolente. quien toda su vida buscó la bondad del mundo, quien ayudaba a cualquiera que se lo pidiese; sin pensar en lo contraproducente de sus actos. Alguien que sin duda, no merecía el final que recibió.

"Mierda! Xiao XingChen!"

Pensó. Y con el ánimo repuesto ante la idea de volver a ver a su Daozhang, con vida. despues de tantos años, de tantos fracasos e intentos frustrados. comenzó a correr sin detenerse a pensar en nada más. De todas formas, y a pesar de ya haber vivido toda una existencia (sin importar lo corta que esta fuera) él, ahora era un niño y en primer momento, no pudo contener tal emoción. Pero, ¿hacia dónde corría? ¿Que posibilidad había de encontrar a Xiao XingChen? Y de ser así; de poder verlo de nuevo, ¿Que posibilidad había de que Xiao XingChen lo recordara? Y si lo recordaba, ¿Que posibilidad había de ser perdonado?.

Todo se volvió lúgubre. Quería.... Realmente, quería volver a verlo. Pero...

Sus pasos se volvieron cada vez más cortos, más lentos y pesados.
El dolor de su cuerpo, que por un par de minutos había desaparecido; volvió agravado, con mucha mas intensidad. Puesto que, no sólo se trataba de eso. Estaba también, la idea de ser odiado, rechazado y nuevamente estar solo. el tormento era tal, que incluso sus piernas comenzaron a tambalear.

Ahora bien, debía ser coherente. No había mucho que pudiera hacer.
La ambigüedad de las posibilidades lo inquietaba. Sin embargo, si todo era según sus especulaciones; aún faltaban varios años para que él y Xiao XingChen, se vuelvan a conocer.
Lo que actualmente si podría hacer, era ocuparse de sí mismo, de su cuerpo y sus heridas.

 Lo que actualmente si podría hacer, era ocuparse de sí mismo, de su cuerpo y sus heridas

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Hasta aquí el primer capitulo. Y estoy algo nerviosa...
¿Que les pareció? ¿les gustó?
Me encantaría leer sus opiniones.

La segunda parte, estará lista pronto.
Gracias, por leer.

•SAUDADE• •[XueXiao]•Where stories live. Discover now