2.- Qué inesperada revelación

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Sakura

-¡Sakura!- Gritó efusiva esa voz femenina que tanto había extrañado, tan escandalosa como siempre.

Corrió hacia mí y se agachó para abrazarme, apretó los brazos alrededor de mi cuerpo y yo le respondí, era tanto el tiempo que había estado separada de mi mejor amiga y aquellas conversaciones telefónicas no llenaban completamente el vacío. Era verdaderamente fascinante poder volver sentir a mi mejor amiga después de tanto tiempo.

-¡Pero como has cambiado!- Exclamó una vez que nos separamos y nos vimos al rostro; la rubia se veía muy contenta.

-¿Cuál cambio? Si sigo igual desde la última vez que nos vimos.- Dije con una pequeña risa alegre.

-Por favor, tu cabello es diferente.- Observó.

-¿Esto?- Inquirí tomando un mechón de mi cabello.- ¿Qué de diferente tiene? Sigue igual de despeinado y rosa que hace años.- Bromeé.- Pero tú tampoco has cambiado mucho.

Efectivamente, Ino no había cambiado en los absoluto, excepto por unos cuántos centímetros más agregados a su hermoso cabello rubio que llegaba hasta un poco más abajo de sus pechos; los cuales estaban igual a cómo los recordaba...Ino sí que fue bendecida con ese atributo femenino a diferencia de mi, pero ese no es el caso; lo que realmente importaba es que mi mejor amiga estaba igual de efusiva a cómo la recordaba.

-Ejem...- El joven que estaba a nuestro lado se aclaró la garganta haciéndose notar mientras que se ponía de pie; ante esto las dos imitamos la misma acción pero sin dejar de sonreírnos.

-Ay, lo siento.- Dijo Ino dándole un rápido abrazo con uno de sus brazos.- Es que estoy emocionada.- Musitó en un pequeño susurro, como si estuviera avergonzada, luego me miró.- Hay tantas cosas que quiero contarte Sakura.

-Tendré que preparar mis oídos entonces.- Bromeé.

-Supongo que ya se conocieron, ¿cierto?- Preguntó mi amiga bastante feliz.

-Sí.- Dijimos al unísono Sasuke y yo, me dio un poco de gracia y dejé escapar una risita; por su parte Sasuke sonrió de lado.

-Me alegro mucho.- Sonríe Ino de una manera muy sincera.- Pero...¿por qué estaban sentados fuera del departamento? Te pasé la llave, ¿no Sakura?

Me di cuenta que Ino se empezó a preocupar, ella siempre se preocupa fácilmente por distintas situaciones.

-Lo cierto, Ino, es que me dejaste la llave equivocada.- Me quejé, intentando mirar a mi amiga y no a Sasuke que se encontraba a mi lado. De hecho, por esa pequeña equivocación de tener la llave incorrecta, es que pude pasar un tiempo agradable con el chico que acabo de conocer, lo cual fue bastante bonito para mi; así que no estaba tan enojada como lo pintaba yo.

-¿La llave equivocada?- Se sorprendió.

-Sí.- Le di la llave que guardaba en el bolsillo de mi chaqueta.

-Oh, perdón.- Se inclinó un poco en signo de disculpa.- Sí, me confundí.- Buscó entre su bolsa y me encontró un juego con tres llaves.- Este era.- Se quedó en silencio un momento.- Eso me recuerda que le debo dar las gracias a señora Uzumaki por hacerme el favor de entregarte la llave.

-¿La señora del apartamento 686?- Pregunté, apuntando con mi pulgar hacia dicha habitación.

-Así es, es un poquito rabiosa pero es linda cuando quiere.- Responde Ino con una sonrisa en sus labios; ella le veía el lado bueno a todo.

-Y, ¿digamos que nunca quiere verdad?- Hice un ademán de susto. La señora no se había comportado del todo amable conmigo, creo que simplemente no le caí para nada bien.- ¿No pudiste haberme dejado la llave correcta con alguna otra persona...menos antipática?- Sasuke rio por lo bajo.

-Ay Sakura, exageras.- Ino meneó la cabeza y se rio.- Me imagino que estás cansada así que agradéceme que ya tenga lista tu habitación.- Me regaló una sonrisa de autosuficiencia mostrándome todos esos dientes blancos de tamaño mediano, había olvidado que Ino tenía una sonrisa tan bonita como aquella.

Suspiré.- Te agradecería más si abrieras esa puerta ya.- Bromeé. La rubia rio por sus adentros e introdujo la llave a la cerradura haciendo que la puerta se abriera por fin, me tragué una exclamación de victoria.

-Pasa y acomódate, en unos minutos estoy contigo.- Anunció y me indicó que me introdujera al departamento. Intenté levantar del suelo mi maleta, pero Sasuke se me adelantó.

-No te preocupes, creo que para exactamente eso estoy aquí.- Dijo a modo de broma pero sin en el tono en realidad, más bien lo dijo como si estuviera configurado a decir aquellas palabras. Con una mano tomó la maleta y fue detrás de mi, acomodándola en la orilla de la sala y le regalé una sonrisa tímida.

Él me la devolvió y aquel afecto me produjo una oleada de inspiración; como la que necesita un poeta para su poesía, o un escritor para una nueva novela. Nunca me acostumbraré a su semblante serio pero reconfortante a la vez.

Salió por la puerta y fue con Ino de nuevo, no pude evitar mirarle mientras caminaba hacia la salida. El estómago me rugió y me di cuenta de que aun traía el paquete de galletas en la mano, así que saqué una y la mordisqueé en el borde. Me senté en una de las sillas cerca de la cocina y mordí el pedazo que me quedaba; mastiqué perezosamente.

-Vine a buscarte para entregarte el CD que le prestaste a Sai- Dijo Sasuke con su voz profunda en la puerta del apartamento.

-Sasuke, cariño. No tenías por qué preocuparte, le dije a Sai que me lo devolviera cuando quisiera.- Contestó Ino.

Me atraganté con la galleta. ¿Cariño? ¿Cómo que cariño? Oí perfectamente el chasquido de los labios de Ino contra alguna parte de la cara de Sasuke mientras yo intentaba tragar el pedazo de galleta que se me había atorado en la garganta, sintiendo cómo me raspaba.

Sin embargo, no era sólo la garganta lo que sentía que me raspaba, sino también una pequeña sensación en el pecho; algo como si fuera un peso inexplicable...como si sintiera que este sentimiento que estaba creciendo en mi, no estaba más que en un manual de lo prohibido.

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SasuSaku |Manual de lo prohibido|Onde histórias criam vida. Descubra agora