04. Reencuentros

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Pequeños rayos de sol entraban a través de las persianas.

Los orbes color ámbar se abrieron de mala gana por eso e intento moverse buscando una posición donde no fuera molestado por la estrella de fuego, pero sus movimientos fueron interrumpidos por un pequeño quejido adormilado junto a unos brazos aferrándose a su cuerpo en busca de calor; este recordó toda la noche alocada que había tenido con ese lindo pelirrojo que ahora mismo dormía plácidamente en su cama y había que decirlo se veía incluso más tierno mientras estaba dormido, levantó la sabana que les cubría y ambos aún estaban totalmente desnudos. Aunque para ser precisos el mayor ahora mismo tenía un gran problema, este se ubicaba entre sus piernas para ser más específicos, no podía ser cierto que tuviera una erección mañanera y todo lo empeoraba la presencia del menor. Paso sus ambas manos por su cabello suelto.

Hipnotizado se quedó viendo al pelirrojo, era peligroso, pero malditamente tentador a la vez y se decidió por despertarlo, de todas formas ya era casi medio día, según el reloj digital ubicado en la mesita de noche.

-Shōyō-kun... -llamó con calma al que reposaba sobre su pecho desnudo.

No obtuvo respuesta coherente a eso, tan sólo un quejido molesto y hasta pudo ver cómo fruncía el ceño, pero sin abrir los ojos si quiera e intentado hundirse aún más en el pecho ajeno.

Bufo y lo sacudió con una mano, de a poco los ojos almendra se abrieron con pereza, pero a pena los abrió se volvió acurrucar y escondiéndose entre las sábanas blancas. El mayor un poco harto, bajo la tela blanca paso sus manos por el cuerpo pequeño, acariciándolo de forma juguetona y haciendo estremecer al pelirrojo, este solo fingía estar dormido, pero su respiración se volvía más acelerada mediante las caricias.

Kenma no aguanto y llevo ambas manos hacia el trasero del chico, apretándolo con fuerza, haciendo que este soltara un pequeño gemido abriendo la boca levemente.

-Buenos días, pequeño -saludó aún tocándolo.

Shōyō lo miró sonrojado y demasiado, e intento esconder su rostro pero fue alzado hasta quedar sobre el cuerpo del mayor, sintiendo lo duro que estaba su miembro y no pudo evitar frotarse contra el, ambos desnudos y sus cuerpos pegados. Era ridículo que estuvieran en ese punto y que no hicieran nada.

-Se considerado conmigo y haz algo por mi -Kenma alzó el rostro sonrojado, con su dedo índice para que pudieran verse a los ojos.

-Pero ¿por qué debería? además eso te costará más dinero... -ronroneo ya excitado.

-Pequeño, el dinero no es problema para mi.

Como era de esperarse lo hicieron de nuevo, solo que ahora Hinata hizo todo el trabajo a pesar del dolor físico que se podía comparar con el mismísimo infierno, que cada vez que saltaba sobre el cuerpo del mayor recibía insoportables puntadas en sus caderas, pero mierda que el placer era mayor que su propio dolor y vaya que amaba la expresión ajena cada vez que se movía sobre el.

Luego de eso, se dio una ducha en el lujoso y espacioso baño del de ojos ámbar, para luego simplemente recibir el dinero e irse de aquel lugar, pero no si antes dejar un descarado beso en los labios de su cliente.

[...]

Los días pasaron e incluso un par de semanas, ninguno de los dos sabían noticia del contrario y así suponían que era mejor, de todas formas solo había sido sexo de una noche sin nada de por medio u eso creía uno de ellos, más especifico el pelirrojo pensaba eso y la idea de no volver a ver a ese hombre tan malditamente sexy que le dejó doliendo las caderas por lo menos una semana era algo penoso; pero de todas formas no era ambicioso, se conformaba con haberlo conocido.

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⏰ Last updated: Mar 20, 2021 ⏰

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Delight // kenhinaWhere stories live. Discover now