•Amor en crisis•(#17 del futuro y tu)

.-Capítulo 30

•[Androide 18]•

«¿Cambiar o mejorar?»

••••••••

El androide miraba el techo con la mente en blanco, era de madrugada y estaba acostado en la cama de (Tn) sin poder dormir. Se acostó de lado para poder observar a su chica quien dormía tranquilamente después de una noche un poco agitada.

Levantó una mano y tocó el rostro de (Tn), ese bello rostro conformado por unos ojos de espesas pestañas y unos labios carnosos, apetitosos. Dejó un pequeño beso en ellos y arropó más a (Tn).

Hasta lo que había visto, (Tn) no se había mostrado indiferente con respecto a sus sentimientos, claro está que ella lo sabía, sin embargo había parecido aceptarlos de alguna forma y eso le traía tranquilidad al androide, su relación había mejorado tanto que no iba a permitir que sus sentimientos lo arruinen.

¿Ella sentirá lo mismo?, no podía asegurarse de nada o hacerse ilusiones, eso simplemente lo decidirá el tiempo.

—Tu eso eso— balbuceó ella entre sueños lo cual llamó la atención 17 que volvió a girar para verla hablar dormida, tenía el ceño fruncido, ¿que estaría soñando?. Si que está chica era una caja llena de sorpresas.

—Shh, deja de hablar debilucha— murmuró él, riendo un poco.

—Gracias— dijo ella, relajando su expresión.

17 arqueó las cejas.

—¿De nada?— dijo con un toque de extrañeza, ni sabía por qué le había agradecido.

En fin, rodeó la cintura de (Tn) con un brazo y ella gustosa se pegó a su pecho, una pequeña sonrisa apareció en el rostro de (Tn), una bella sonrisa angelical. Ambos decidieron seguir durmiendo, pero esta vez abrazados.

••••••••

—¡Mueran inútiles!— gritó la rubia lanzando una gran ráfaga de ki, acabando con la vida de un grupo de personas que corrían desesperadas por su vida.

—¡Ja!, ¿te enfadaste solo por que los zapatos que tanto te gustaban no te quedaron?— preguntó 17 en modo de burla, lo cual sacó de quicio a su hermana que volteó con una mirada amenazadora.

—¡Deja de burlarte!, si supieras lo que estoy sintiendo yo— gritó la gemela de 17, lanzando otra gran ráfaga de energía.

—Tampoco me interesa saberlo, hermanita— respondió 17 echándose a carcajadas. No podía creer lo caprichosa que podría llegar a ser su gemela.

—Mejor aún— dijo 18 y como última acción para desahogar su ira, pateó un auto mandándolo a volar lejos de ahí.

—¿Que harás ahora?— preguntó él, acercándose a su hermana.

18 estaba por responder, pero escuchó un ruido extraño, llamando la atención de los ojiazules.

Observaron una pared que amenazaba con desplomarse, debajo de este había un hombre algo herido. Este de manera desesperada, trataba de alejarse de ahí. Rogaba por ayuda, estirando sus brazos hacia los androides que solo lo veían con indiferencia, lo veían con burla.