•Amor en crisis•(#17 del futuro y tu)

.-Capítulo 12

•[Compasión]•

«¿Cambiar o mejorar?»

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El androide volaba a velocidad directo al departamento con (Tn) en sus brazos, ella mantenía los ojos cerrados con fuerza.

17 la observó de reojo, su cabello se movía con fuerza debido al viento cubriendo su rostro, se veía graciosa tratando de apartarlo, pero este volvía a su lugar.

El androide volvió a mirar al frente y disminuyó un poco la velocidad, de alguna forma, se sentía aliviado de haber llegado a tiempo a su rescate, sabía muy bien lo que le iban a hacer esos imbéciles a la chica, ¡que tormento de día!, y eso que recién empezaba.

¡Un momento!

Se desconocía a sí mismo esta mañana, ¿él había ayudado a una humana?, a su parecer, estaba siendo muy amable con ella esta mañana, ¿a que se debía?, ni él mismo lo sabe.

La observó un momento, su cabello ya se había apartado de su rostro, ella tenía facciones tan finas ...le atraía de alguna manera, jamás había estado tan cerca de una mujer aparte de su gemela.

Si, ha visto infinidad de mujeres, pero estar así de cerca con una jamás lo había hecho.

Realmente se estaba desconociendo.

La mantenía sujeta a él, llevándola por los cielos y pensando en sus facciones. Ella mantenía sus ojos cerrados con fuerza y se aferraba al pecho de 17.

El androide movió la cabeza de un lado a otro y se convenció a su mismo de que todo lo que pensaba no era más que tonterías.

O curiosidad...

Narra 17:

Su nombre me resulta curioso, (Tn)..., va muy de acuerdo a su apariencia, tan torpe, llorona e inofensiva. Ella provoca en mi una maldita curiosidad, su mirada parece esconder mucha cosas, cosas que yo quiero saber.

—¡No te pegues tanto a mi "debilucha"!— reclamé y ella asintió separando su rostro de mi pecho, no lo había notado, traía una mejilla golpeada, parece ser que no llegué a tiempo como pensaba.

Mantenía los ojos abiertos tanto como podía, supongo que el viento no la deja ver bien, humanos...tan débiles y patéticos.

Dejé de mirarla y seguí con mi camino, no recuerdo que la ciudad estaba tan destruída en la venida, me detuve, algo no está bien.

Y efectivamente era así.

¡No puede ser!, era 18 quien estaba destruyendo la ciudad, rápidamente aterricé y me escondí junto a la debilucha entre los escombros.

—¿Qué pasa?— preguntó asustada.

—Cállate y quédate donde estás— ordené con mi típico tono de voz, ella solo asintió en silencio.

¿Como carajos llegó 18 a este lugar?, no creo que me descubra, aunque ambos amamos el juego de las escondidas...

Tal y como lo pensé, 18 es muy lista, una descarga de energía venía hacia nosotros, tomé a la "debilucha" de un brazo y salí de ahí de un salto.